lunes, 23 de noviembre de 2009

La verdadera oposición

Por Mariano Pasi

Nosotros realmente somos oposición. Somos la contracara de este modelo agro-minero-exportador que abastece de alimentos y recursos naturales al extranjero mientras relega el desarrollo de la industria nacional, hecho fundamental para generar los puestos de trabajo que produzcan la calidad de vida necesaria para acabar con la pobreza y la desigualdad social. ¿A quién le sirve este modelo? Sólo a los sectores que ganan millones a costa de la exportación de los recursos nacionales que deberían ser utilizados con prioridad para nuestra emancipación. Sectores, estos, aliados de la dirigencia política que permite y garantiza el saqueo de nuestro país.

¡Es el momento de sacarles las máscaras a todos para que podamos reconocer quién quiere el progreso de nuestro país, y quién sólo busca proteger sus propios intereses! Los Kirchner mienten con su discurso progresista. En 6 años de gobierno, el matrimonio no ha tocado ni uno de los problemas básicos del país: pobreza del 40%, niños sin ir a la escuela, sistema de salud sin presupuesto, petróleo y minería al exterior, pesca no regulada, deuda externa ilegítima, transporte público saturado… son todas deudas pendientes que un gobierno que se dice “progresista” no puede dejar pasar. Mientras tanto, en la práctica de su gestión vemos un tren bala, el veto de la Ley de Glaciares, la manipulación del Indec, la reunión con el presidente de la Barrick Gold, la entrada al G20 y el último acuerdo “nacional y popular” con los bonistas para el canje de la deuda.

Por el otro lado, la pseudo-oposición critica las medidas superficiales del gobierno, pero mantiene el silencio cómplice sobre el robo a mano armada que sufre nuestro país día tras día. Ellos son oposición al gobierno sólo porque quieren ocupar su lugar en la administración del saqueo empobrecedor del país y así poder quedarse con la putrefacta y mal habida “torta” de la corrupción. Al modelo no se oponen porque de él se alimentan, ya lo venimos corroborando desde la nefasta década de los noventa.

Podemos observar en nuestros días la espuria Ley de Reforma Política con la que gobierno y pseudo-oposición intentan cerrar la pinza bipartidista para impedir el surgimiento de nuevas fuerzas que desafíen su negocio: nos temen porque saben que nosotros sí nos oponemos al modelo, que queremos cambiarlo de raíz y hacer arrancar el motor del Progreso y la Independencia económica nacional en base a la recuperación de nuestros recursos naturales y un fuerte desarrollo industrial.

Fuerzas políticas hay muchas, nosotros somos la tercera (a dos años de las elecciones). Oposición hay una sola, se llama Proyecto Sur.