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lunes, 26 de julio de 2010

Más que un enfrentamiento bilateral

Por Alcira Argumedo *


Para interpretar la gravedad del conflicto entre Colombia y Venezuela por la eventual presencia de guerrilleros de las FARC en territorio venezolano, es preciso ampliar el enfoque hacia el espacio regional y hacia las tensiones en Medio Oriente, contemplando la alianza entre Estados Unidos –una potencia en acelerada declinación– con el gobierno de derecha israelí, tras el objetivo de recomponer su predominio en ambas zonas. En América latina, la militarización del continente, con la presencia de bases y tropas mercenarias apoyadas por la CIA y el Mossad de Israel, se ha venido implantando desde hace ya tiempo. El Plan Puebla-Panamá está destinado al control militar de América Central; a su vez, en América del Sur, el Plan Colombia, con las nuevas bases militares, constituye un decisivo centro de irradiación y control del norte de la selva amazónica y de malos vecinos, como la Venezuela de Chávez.

Bajando por el territorio, el traslado de la Base de Manta desde Ecuador a Perú en los últimos años cubre el flanco occidental; mientras la Base Mariscal Estigarribia se ocupa de la zona de la Triple Frontera: si la pista de aterrizaje de Ezeiza tiene dos metros de cimientos, la de esta base tiene siete metros, lo cual permite el aterrizaje de aviones con material pesado como tanques, cañones y similares. La IV Flota de Estados Unidos que patrulla el Atlántico habilita el desembarco en pocas horas de miles de tropas en un área cercana a la frontera con la Bolivia de Evo Morales. De este modo, las fuerzas militares y mercenarias junto a los servicios de Inteligencia de Estados Unidos e Israel han diseñado un esquema de cerco militarizado que rodea a Brasil y al Amazonas, incluyendo el Acuífero Guaraní y las ricas reservas de la selva. Esto permite un rápido despliegue de fuerzas de intervención ante eventualidades, cuya oportunidad y razones están en manos de quienes comandan la alianza estratégica: grupos subversivos o de narcotraficantes siempre aparecen en el momento justo.

En América Central, ha sido evidente la participación de mercenarios y agentes del Mossad con acuerdo de Estados Unidos en el golpe de Honduras en junio del 2008, incluyendo la provisión de armamento a los golpistas. Desde su triunfo en las elecciones de noviembre del 2009, el presidente electo hondureño Porfirio Lobo ha designado como jefe de seguridad y de su escolta a José Félix Ramajo. Este español residente en Israel es uno de los instructores de la International Security Academy (ISA) –fundada hace quince años por ex militares y oficiales del Mossad y el ejército israelí– y depende de Zafrir Pazir, coronel de extendida experiencia en acciones contrainsurgentes y de Inteligencia, en tanto ISA ha instruido agentes para los conflictos del país vasco, Irak, Afganistán, Argelia, Nigeria, Angola, Colombia y Guatemala. A su vez, estos sectores están vinculados con empresas israelíes que, por una parte, proveen instrumentos sofisticados de intercepción y escuchas telefónicas así como de vigilancia satelital y, por otra, suministran armamentos a grupos militares y paramilitares. Se calcula que en la actualidad el Mossad tiene cerca de mil oficiales operando en América latina, como apoyo a las estrategias de Estados Unidos para la región.

En abril de este año, el presidente Fernando Lugo, de Paraguay, fue obligado a decretar el Estado de Excepción en los departamentos de San Pedro, Concepción, Arambay, Presidente Hayes y Alto Paraguay. En los dos primeros existe un número importante de organizaciones campesinas y como se supone que allí tiene su base un grupo subversivo llamado Ejército del Pueblo Paraguayo, se realizaron operativos militares y policiales que han llevado a numerosos desalojos de tierras, con la muerte de siete campesinos y más de quinientos procesados, por sospechosos vínculos con el EPP. Fuerzas especiales paraguayas han sido entrenadas en Colombia y Estados Unidos y utilizan armamentos de procedencia israelí, como parte del compromiso del Comando de Operaciones Especiales del Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y la subversión: el principal asesor colombiano y egresado de la Escuela de las Américas, Coronel Jorge Humberto Jerez Cuéllar, advirtió sobre el ingreso de las FARC en Paraguay y participa del Programa de Asistencia Antiterrorista, también promovido por Estados Unidos desde abril. La inclusión del departamento de Alto Paraná permite extender la zona de conflicto hasta la frontera con Bolivia –donde se encuentran los recursos petroleros nacionalizados– además de monitorear y cercar a Brasil: el fundamento es que en territorio boliviano se encontrarían bases de apoyo de las FARC y el EPP, con el conocimiento de Evo Morales: el mismo fundamento utilizado contra Venezuela tres meses más tarde.

La militarización de América latina no está desvinculada de la situación en Medio Oriente. Derrotado en las guerras de Irak y Afganistán –el único “éxito” ha sido la devastación de ambas naciones y la muerte de millones de sus habitantes– después de casi diez años, Estados Unidos se encuentra en un pantano del cual es difícil salir y en su frente interno se cuestiona la incorporación de nuevas tropas. A ello se suma la definición de un nuevo Eje del Mal conformado por Irán y Siria junto a Corea del Norte. La posibilidad de un ataque a Irán parece cada vez más cierta: ataque con bombardeos, ya que no intentaría una ocupación territorial más problemática aún que las de Irak y Afganistán. Los acuerdos logrados por los presidentes de Brasil y Turquía para el traslado a este último país del uranio enriquecido iraní fueron desechados por Estados Unidos a pesar de cumplir con todos los requisitos planteados, en tanto el Director de la CIA, León Panetta, afirma que de todos modos Irán puede fabricar dos bombas nucleares en menos de 24 meses.

Mientras tanto, naves de guerra norteamericanas e israelíes surcan las aguas internacionales cercanas a Irán y Fidel Castro advierte sobre las amenazas de una guerra que necesariamente habrá de ser nuclear. Venezuela y Brasil mantienen estrechas relaciones con Siria e Irán y justamente a las FARC se les ocurre implantar bases de apoyo en zonas fronterizas de esos dos países latinoamericanos en abril y en julio de este año. A su vez, en el mediano plazo, también la militarización del continente latinoamericano se incluye en una hipótesis de derrota de Estados Unidos en Medio Oriente: si debe retirarse de la región como sucediera en Vietnam, ¿hacia dónde se repliega? Baste recorrer el planisferio: hacia China o India no, hacia Rusia no, hacia el resto del mundo árabe no, hacia Europa no; quedan Africa y América latina. En este escenario internacional, el problema de Colombia y Venezuela no se restringe solamente a esas dos naciones hermanas.

* Diputada nacional Proyecto Sur. Leer más...

lunes, 8 de marzo de 2010

De eso no se habla

Por Alcira Argumedo (Socióloga, Diputada de Proyecto Sur)

En las múltiples y turbulentas discusiones sobre el DNU, es sintomático el silencio acerca de las posibilidades existentes para obtener ingresos fiscales que no provengan del uso de reservas ni de ajustes en despidos, salarios y gasto social. Al mismo tiempo, se descalifica la necesidad de abordar una auditoría de la deuda pública, susceptible de establecer cuál es la proporción legítima y cuál la fraudulenta: remarcamos que se trata siempre de la misma deuda contraída por la dictadura militar; sólo ha sido sometida a numerosas y oscuras renegociaciones: Brady, Blindaje, Megacanje, Lavagna-Kirchner. Ante la propuesta de investigar la deuda, se acusa a Proyecto Sur de irracionalidad e irresponsabilidad: en estos mismos momentos el Parlamento de Brasil, con el aval del presidente Lula –al que nadie considera irracional e irresponsable–, está investigando la deuda brasileña de los últimos treinta años. Tampoco es irracional e irresponsable el presidente Rafael Correa de Ecuador, quien abordó una rigurosa auditoría: cuando los acreedores supieron que se habían registrado prolijamente todos y cada uno de los desfalcos cometidos, acudieron pronto a negociar aceptando el pago de una tercera parte de lo demandado. Ambos mandatarios cumplen así con la Declaración aprobada por el Parlamento Latinoamericano durante su reunión de Panamá en diciembre de 2008, que los delegados del gobierno argentino apoyaran, marcando el imperativo de investigar las deudas de nuestras naciones.

La actual deuda pública no es algo del pasado –como la de la Baring Brothers en el siglo XIX– en tanto continúa produciendo durísimas consecuencias para la gran mayoría de nuestros compatriotas. Baste tomar algunas cifras del Presupuesto nacional 2010, cuya revisión también propone Proyecto Sur: gasto público en Salud, 10.160 millones de pesos; gasto público en Educación y Cultura, 19.431 millones de pesos; pago de intereses de la Deuda Pública, 26.676 millones de pesos. Con el único requisito de saber sumar, puede comprobarse que los intereses de la deuda (solamente intereses) insumen casi el equivalente a la suma del gasto público previsto en el presupuesto para Salud y Educación este año, y tenemos por delante muchísimos años: los cálculos optimistas indican que, de cumplirse con todos los vencimientos anuales de intereses y capital, sin contraer más deuda, en el 2089 los argentinos que queden estarían a mano. Si ahora se pagaran los 25.000 millones de dólares de capital que vencen en 2010, significarían unos 100.000 millones de pesos adicionales: en total, cinco veces los montos destinados en el Presupuesto a Salud y Educación.

Nadie puede negar que el incremento de la pobreza y la precarización laboral, los dramáticos problemas de vivienda y salud, la crítica situación del sistema educativo son algunas de las secuelas directas del tratamiento de la deuda en las tres últimas décadas. Esto se denomina efecto continuado sobre la mayoría de la sociedad argentina –reforzando, entre otros aspectos, su carácter de “deuda odiosa”– y respalda la validez histórica de afrontar una auditoría como lo han hecho Ecuador y Brasil, reivindicando su dignidad nacional. Un contraste con las declaraciones del ministro Florencio Randazzo, quien durante un programa en TN afirmara que si bien todos sabemos que el 70 por ciento o el 80 por ciento de la deuda es ilegal, debe pagarse. Quede claro que Proyecto Sur no plantea un default: al igual que en Ecuador, es posible realizar ciertos pagos no cuestionados o depositar en el Banco de Basilea como consignación, mientras una Comisión Bicameral asesorada por peritos nacionales e internacionales investiga el conjunto del endeudamiento y su legitimidad.

Cuando se analizan otros aspectos del Presupuesto 2010, resaltan cifras de las cuales tampoco se habla: para subsidios del Estado a las corporaciones –entre otras Repsol, Panamerican Energy (British Petroleum y Standard Oil) o Barrick Gold– en regímenes de promoción, exenciones del impuesto a las ganancias y reintegros, están previstos unos 11.400 millones de pesos; además, según García (Página/12, 6/2/2010), se “permite a empresas hidrocarburíferas dejar en el exterior más del 70 por ciento de los montos exportados y a las mineras, el ciento por ciento”, sumado a “las utilidades y dividendos remitidos por las empresas de capital extranjero, que vienen creciendo aceleradamente”. Es posible comparar estos datos con el costo neto de 7326 millones de pesos en concepto de universalizar las asignaciones familiares; mucho menor que las dádivas a las corporaciones privilegiadas.

Silencio sobre otras fuentes potenciales de ingresos fiscales: si se restablecieran las contribuciones patronales de las grandes empresas (no de las Pymes) al nivel de 1993, cuando Cavallo las disminuyó drásticamente, la Anses recibiría unos 15.000 millones de pesos; un impuesto mínimo a las transacciones financieras aportaría otros 11.000 millones de pesos. El señor Cristóbal López y sus socios no pagan impuestos por los importantes beneficios derivados de la aberrante expansión del juego en todo el país; pero la señora de la villa que compra un kilo de harina, aporta el 21 por ciento. Silencio sobre la necesidad de gravar las ganancias extraordinarias, que alcanzaron el 50 por ciento anual para los bancos y varios grupos económicos, según señala el asesor jurídico de la CGT, Héctor Recalde, basándose en datos de la Bolsa de Comercio: en Japón las empresas consideran un gran éxito obtener ganancias cercanas al 10 por cento . Silencio sobre la inflación que carcome los ingresos populares y obliga a reconstruir un Indec en el cual pocos creen.

De este modo, si simplemente se restablecieran los aportes patronales, se anularan las prebendas a las corporaciones y se impusiera un mínimo gravamen a las transacciones financieras, el Estado tendría aproximadamente 42.000 millones de pesos, equivalentes a unos 11.000 millones de dólares, que casi duplican las reservas del DNU. En esta breve síntesis, esbozada como base para un debate serio y sin exacerbar conflictos, sobre el futuro de la Argentina en el marco de la actual crisis mundial (Zaiat, Página/12, 6/2/10), puede percibirse que Proyecto Sur no es funcional a los neoliberales ni promueve ajustes en los salarios y el gasto social (Bruschtein, Página/12, 6/2/10); más bien es posible preguntar quién es funcional al neoliberalismo. Somos una fuerza política comprometida con el interés nacional y el futuro de las mayorías sociales, en particular el de nuestros chicos y jóvenes condenados a la pobreza y la indigencia; no tenemos compromisos económicos con nadie ni estamos en oferta: nuestra decisión es hacer lo imposible por frenar el saqueo iniciado con la dictadura militar al costo brutal de 30.000 desaparecidos y sus consecuencias, el otro costo brutal en vidas humanas por hambre, miseria y enfermedades curables. Investigar la deuda fraudulenta es una forma más de reconstruir la memoria y revertir en parte aquello que denunciara Rodolfo Walsh en su ya mítica Carta a la Dictadura Militar. Leer más...

martes, 24 de noviembre de 2009

La potencialidad del pensamiento Argentino y Latinoamericano

Por Alcira Argumedo (Socióloga - Diputada de Proyecto Sur)

Sobre la cuestión de una sociología con visión nacional, creo que el tema básico es que si uno analiza cualquiera de las grandes corrientes oficiales de la sociología puede observar que detrás de la elegancia, articulación o coherencia de sus conceptos existe un marco y un proyecto histórico, con sus contradicciones. Se hace evidente que las ciencias sociales y la filosofía no son sino fundamentación, mediatizada, de grandes proyectos históricos -no político partidistas-, de grandes proyectos orgánicos. Esto es fácil verlo en Weber, en su debate con el marxismo, entre l890 y 1920, con una socialdemocracia marxista que planteaba la contradicción entre la burguesía y el proletariado, el internacionalismo proletario y la superación del capitalismo, fundamentada en esta brillante articulación que hace Marx entre ciencia y utopía, en la que demostraba su necesidad. Frente a esto, un Weber, que pertenece a las vertientes nacional-liberales de las nuevas grandes burguesías alemanas, planteaba la necesidad de una unidad de la nación bajo la hegemonía burguesa, para consolidar el capitalismo y transformar a Alemania en potencia mundial. Esto está dicho explícitamente por Weber, si se analiza el desarrollo teórico de Weber se ve claramente la fundamentación del porqué es necesario llevar adelante este otro proyecto.

También pasa si uno analiza el liberalismo político o económico. José Luis Romero muchas veces decía que las experiencias históricas que impusieron nuevos factores sociales luego de un tiempo fueron sistematizadas como esquemas teóricos. Esto se ve en Hobbes, en Locke, en Adams Smith, etcétera.

En América Latina pasó lo mismo. El tema es que las ciencias sociales, al igual que la cultura occidental, son bastante racistas. Ellos piensan que los negros y los indios no pensaban; que tuvieran pensamiento propio era imposible.

Sin embargo, cuando uno analiza América Latina, no solamente descubre las grandes epopeyas de resistencia, basadas en determinados valores, sino, además, un pensamiento creativo que, especialmente a partir de la emancipación comienza a ser positivo de propuestas. Se empieza a ver que en Artigas, en Morelos, en Bolívar, en Simón Rodríguez, en Dorrego, etcétera, había un conjunto de ideas. Por ejemplo, el concepto de democracia era mucho más avanzado que el concepto de democracia en Occidente. Porque en las democracias liberales de los Estados Unidos, que nos dan como ejemplo, los blancos eran libres, iguales, propietarios, etcétera, pero los negros eran esclavos y en las haciendas los iban a masacrar. Los franceses tenían libertad, igualdad y fraternidad para los franceses pero para los argelinos e indochinos no. Había derechos para los ingleses pero para los hindúes no. Y este concepto de democracia absolutamente racista siguió hasta 1960.

Una sociedad democrática

En cambio, en América, en la misma época, pensadores como Bolívar o Artigas generan lo más avanzado del pensamiento en la democracia, porque piensan que ciudadanos tienen que ser todos los habitantes de América, sin distinción de castas. Esto supuso el primer lugar del mundo donde se abolió la esclavitud y la servidumbre indígena y el reconocimiento de los esclavos y los indígenas y los mestizos y los mulatos como ciudadanos con los mismos derechos que los blancos. Esto no era solamente la extensión de la democracia, sino que se pensaba la democracia como modelo integral de la sociedad, es decir, política, socioeconómica y cultural. Y esto significaba dos cosas: la primera, un reparto de tierras, una reforma agraria, para que estos sectores brutalmente expoliados durante la etapa colonial tuvieran los recursos necesarios para ser ciudadanos; y, por otra parte suponía -es el caso de Simón Rodríguez- una de las visiones más avanzadas en términos de educación. No solamente por la extensión de la educación, que era dar una educación de calidad a todos los chicos -negros, pardos, morenos, blancos, indios- sino, además, una educación que en la actualidad es de avanzada, porque no solamente reconoce que la educación no se hace sobre una tabla rasa sino que hay que tener en cuenta la identidad cultural de los chicos, sino que además generaba una metodología para generar mentes innovadoras. Simón Rodríguez decía "conocer es crear". Una oposición frontal con el conocimiento verbalista, repetitivo que, según él, sólo creaba papagayos, no mentes críticas. Pensamientos de avanzada en ese momento y de profunda actualidad hoy. Y estamos hablando de 1824.

El humanismo del extremo Occidente

El tema es que con este pensamiento de las tradiciones populares latinoamericanas hay que hacer el ejercicio inverso al que se hace con las ciencias sociales oficiales. Con las ciencias sociales oficiales hay que encontrar detrás de su sistematización a qué proyecto político y sujetos sociales están respondiendo en una determinada etapa de la historia. A este pensamiento de las vertientes populares latinoamericanas, hay que buscarle el potencial teórico que está por detrás de sus acciones que aparecen principalmente bajo la forma de proyectos políticos, propuestas, ensayos, literatura. Pero si se hace ese ejercicio, yo sigo creyendo que el nuestro es el pensamiento más avanzado de occidente. Porque no es un pensamiento racista, es un pensamiento de un profundo humanismo. Y occidente tiene que hacerse una crítica muy a fondo en esto de pensar que su cultura era la cultura universal, que la raza blanca era la raza superior, que los otros eran meros bárbaros, atrasados e incivilizados. Sólo así van a poder entrar en la historia. Esta soberbia está absolutamente en crisis. Yo creo que hay un potencial riquísimo en esas tradiciones a las que se agregan Martí, Zapata, Sandino, cantidades de líderes y pensadores, pero que obviamente los sectores dominantes y las ciencias dominantes han silenciado.

Pensar el mundo desde Nuestra América

Mi experiencia es que si uno pregunta cuántas mujeres tuvo Enrique VIII de Inglaterra, el 95% de alumnos de distintas carreras de grado y de posgrado te las dicen por orden de aparición, pero si se les pregunta quién era Simón Rodríguez y qué pensaba. no tienen la más mínima idea. Si se pregunta por Bolívar dicen "qué malo que era que lo echó a San Martín", cuando el hecho es que San Martín lo llamó a Bolívar porque era Rivadavia el que lo estaba traicionando. Este tipo de cosas es una distorsión profunda. Por eso Martí decía "hay que hacer la universidad americana para desplazar la universidad europea", decía que el pensamiento latinoamericano tiene que injertar las ideas más avanzadas en el campo universal, pero el tronco tiene que ser latinoamericano. Es decir, desde la propia realidad, desde la propia experiencia vital de los sectores populares heterogéneos de América Latina -así como hizo la burguesía, según dice Romero-, es necesario sistematizar una propuesta, que -insisto- sigue siendo la más avanzada de occidente, precisamente por el carácter de considerar que todos los seres humanos son iguales y humanos. El pensamiento occidental a veces silencia esto, pero a veces lo explícita y, cuando se lo enseña, generalmente nadie lo dice, porque les da vergüenza, pero es un pensamiento de fuerte exclusión y segregación social. Ese pensamiento duró veinticinco siglos. Estos últimos 30 años no le bastaron para mejorar.

En cambio, el pensamiento popular tiene un potencial muy fuerte, no sólo en la Argentina, también en la Argentina está esa tradición, pero hay que pensarlo desde América Latina, porque da una visión mayor y permite no tener una visión provinciana del pensamiento, como si sólo se hubiera gestado en la Argentina, porque América Latina es sincrónica. Por eso, parece mentira cómo desde las dos puntas del continente y sin haberse encontrado Simón Bolívar y Artigas pensaban cosas muy similares. Hay un potencial a investigar en estos modelos de sociedad que requiere la revolución científico tecnológica. Hoy es más necesario conocer lo que enseñan Simón Rodríguez, Artigas o Bolívar que lo que enseñan Bobbio o Habermas.

De 'Cuadernos para la Emancipación', número 20
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martes, 17 de noviembre de 2009

Democracia representativa y participativa

Por Enrique Dussel (Filósofo)

La modernidad burguesa, desde el siglo XVII, comenzó a construir la democracia representativa que llega a tener plena hegemonía institucional en el presente. Su fosilización y corrupción siempre despertó el escepticismo anarquista antirrepresentativo, porque alejaba al elegido de la comunidad política de la base, pretendiendo como postulado la realización empírica de la democracia directa. Por su parte el Estado liberal impuso como única opción la democracia representativa, que negaba y temía la democracia directa, que se dieron en la Comuna de París en el 1870 o en los soviet de la Revolución de Octubre. Nació así la falsa antinomia: representación o participación.

Sin embargo, el proceso actual iniciado en el siglo XXI, y que se visualizará con los siglos como una revolución más profunda aún que la de la modernidad, completará la dimensión representativa con una democracia participativa fiscalizadora que se articulará novedosamente, sin eliminarlas, a las estructuras de la mera representación. No será ya representación “o” participación, sino representación “y” participación.

Es entonces tiempo de creación de nuevas instituciones participativas. La participación tiene dos caras: el ejercicio del poder directo en la base y la función fiscalizadora de las estructuras de la representación.

El momento que funda la autoridad del ejercicio participativo es la realización de la democracia directa o de la organización institucional de la comunidad en la base, del barrio o aldea, debajo de los municipios, delegaciones o condados. Es el componente intentado por el anarquista, pero visualizado por ello como opuesto a la representación

La segunda cara de la participación es la fiscalización de la representación. Son ejemplo de este segundo aspecto (el fiscalizador) las auditorías o las evaluaciones de parte de un poder ciudadano (nuevo y cuarto poder formulado por la Constitución venezolana actual) de los otros tres poderes tradicionales (el Legislativo, el Judicial y el Ejecutivo). Otros ejemplos de instituciones participativas que transforma el ejercicio de la representación son la revocación de todo mandato, el plebiscito o la presentación de proyectos de leyes con las firmas de un porcentaje del padrón de simples ciudadanos, etc.

Es decir, la representación, por medio de partidos políticos, es el ejercicio delegado del poder. La participación es, por una parte, cumplimiento efectivo por democracia directa de una acto de la comunidad sin partidos en el quinto nivel institucional político (si estos son: 1. Internacional, 2. Estado particular, 3. Estado provincial, 4. Municipio, 5. Comunidad en la base, en el barrio, en la aldea, etc.); y, por otra parte, efectúa una verificación del ejercicio representativo como obediencia al mandato de la comunidad (del pueblo).

¿En qué consiste la fiscalización democrático-participativa? En evaluar la calidad del ejercicio de la representación, incluyendo aún, como hemos indicado, el modo de impartir la justicia por parte del Poder Judicial. Es verificación del cumplimiento recto, justo del ejercicio delegado de actos representativos (en su aspecto material, formal o procedimental; es decir, del contenido de las acciones, de las instituciones; de su legitimidad y la honestidad; de su eficacia). De no cumplir con lo acordado, por olvido del carácter obediencial del mandato**, hasta se puede recurrir al voto popular revocatorio de cualquier nivel de la representación: esto indica ya la presencia perpetua de una participación en acto, activa.

La potestad participativa no sólo fiscaliza, sino que, en el quinto nivel del ejercicio delegado del poder como Potentia, la comunidad en la base “se pone” (en un acto autorreferente) como decisiva y ejecutiva en los quehaceres cotidianos de ella misma (cuestiones de drenaje, agua, comunicaciones, seguridad, educación de la juventud, etc.), contando con recursos asignados. Todo esto garantizado constitucionalmente (como pretendía estipularlo el artículo 184 de la fracasada enmienda de la Constitución venezolana en 2008). Aquí la autoridad puede ser rotativa, sin partidos políticos, extremadamente compartida, cercana a la utopía anarquista de la asamblea permanente (pero institucionalizada e inevitablemente debiendo elegir a los miembros del poder ciudadano, en el segundo, tercer y cuarto nivel político-institucional, fundamento de su legitimidad). La participación, aunque parezca una contradicción, no podrá evadir tener una cierta representación en los niveles que se alejan del ejercicio directo de la base comunitaria. Pero es una representación sin partidos políticos, desde organizaciones más espontáneas de la sociedad civil, de las comunidades o asambleas en la base, etc..

El doble rostro de una democracia representativa y participativa supera así la propuesta unilateral de las revoluciones norteamericana y francesa del siglo XVIII. Ellos actualizaron y organizaron las instituciones representativas. La presente revolución popular mundial, postcolonial, transmoderna y transcapitalista (inspirada en los movimientos obreros del siglo XIX, de las revoluciones socialistas del siglo XX, y de los nuevos movimientos sociales actuales –feministas, antirracistas, de las tercera edad, de los pueblos originarios, de los marginales, etc.), descubre y debe institucionalizar las nuevas estructuras institucionales de una democracia participativa en referencia a actores colectivos políticos más complejos y exigentes en cuanto a sus derechos.

Fuente: La Jornada, 10-X-2009 (México)
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viernes, 2 de octubre de 2009

Vocación Política

«Habrá que luchar por el nacimiento y crecimiento de una nueva generación de patriotas, de jóvenes que se decidan a reinventar la política, la "otra política", como Espartaco, Juana de Arco, G. Washington, M. Hidalgo o Simón Bolivar, hasta un "Che" Guevara, Fidel Castro o Evo Morales. Todos ellos no fueron políticos de "profesión". Eran esclavos, pastoras, hacendados, cura o intelectuales, médicos, abogados o sindicalistas, pero por responsabilidad ética se transformaron en servidores de sus comunidades, de sus pueblos, en muchos casos hasta la muerte. ¿Qué puede ofrecerse más que la vida? En los otros casos una fidelidad incorruptible en el ejercicio delegado del poder a favor de sus pueblos. No ostentaron la autoridad delegada para aumentar su pretigio o su riqueza. Su gloria, más aún al ser perseguidos por los enemigos del pueblo que liberaban, consistió en el permanecer fieles hasta el final en la perseverancia a su "vocación".

"Vocación" significa "ser-llamado" (del verbo vocare) a cumplir una misión. El que "llama" es la comunidad, el pueblo. El llamado es el que se siente "convocado" a asumir la responsabilidad del servicio. ¡Feliz el que cumpla fielmente su vocación!»

Enrique Dussel, 20 Tesis de Política Leer más...