Cámara de Diputados : Sesión del miércoles 17/3/2010
Discurso de Pino Solanas sobre el veto presidencial a los art. 107 y 108 de la Reforma Política, ley 26571
Sra. Presidenta (Fadel).- Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Solanas.- Señora presidenta: en honor a la brevedad no voy a abundar en muchos de los argumentos que ya se han planteado, pero es real que hay que sincerar el discurso. Atados a las bellas palabras, la trasparencia, la democratización, una democracia más efectiva, no vemos que en el trascurso de estos tiempos se ha acrecentado la deserción de amplias capas de ciudadanos y en algunas provincias la mitad de la ciudadanía no fue a votar.
No es la abundancia de partidos políticos lo que ha producido este enorme descreimiento. En realidad, esto da para un debate mayor sobre la calidad de la democracia argentina y la degradación de nuestras instituciones en estas décadas. En este sentido hay responsables porque la Argentina no ha estado gobernada por entelequias sino que acá hay responsables que han gobernado la Argentina en estas décadas.
La traición ha sido la metodología corriente del accionar político, la traición al mandato del voto.
En nombre de la democracia nos hemos acostumbrado a que en los últimos años, cuando nos acercábamos a una elección, rápidamente venía una reforma electoral. Sinceremos el discurso. Para cada elección se ha adaptado la fecha que mejor convenía al partido gobernante. Hemos pasado por listas colectoras, listas espejo y el bochorno de la lista testimonial. Es como que esto hubiera sucedido hace muchísimos años, pero fue hace muy poquitos meses.
¡Cómo se prostituyó el sistema electoral que parecería normal que los legisladores no asumieran! No hubo un debate cierto ni maduro hacia una reforma política. Este fue un debate “exprés”, a la medida del bipartidismo para cortarle el acceso a las fuerzas emergentes.
La Argentina hoy está reclamando un cambio profundo. Me refiero a la Argentina que nos está mirando, es decir, aquel que ve como su sueldo es comido por la inflación, el que no puede inscribir a sus hijos en la escuela; el que no puede acceder al hospital público; el que no tiene la jubilación debida; el que ve peligrar su trabajo; es decir, los problemas de la ciudadanía en su vida cotidiana. Todo esto lo dejamos de lado: no lo toca, no lo refleja ni lo honra hoy la democracia argentina.
Nos hemos tomado más de tres meses para llegar a esta sesión ordinaria y todavía no entramos en el corazón de la misma. En nombre de la democracia, en octubre del año pasado se llegó a un acuerdo como bien recordaba la señora diputada Camaño en el sentido de no castigar a las fuerzas emergentes, es decir, honrar de alguna manera lo que dice el artículo 38 de la Constitución Nacional, que habla de respetar a las minorías.
¿Qué sería de una comunidad –la de hoy y la de mañana- que no pudiera dar lugar al nacimiento de nuevas corrientes de opinión para que se organicen políticamente? ¿Qué es esto si no censura, proscripción, ánimo antidemocrático, autoritarismo? En honor a ello se consensuó que los partidos menores no fueran alcanzados por las generales de esta reforma política de la ley 26.571, estableciéndose en sus artículos 107 y 108 que gozarían del viejo régimen hasta el 31 de diciembre de 2011.
¿Qué otra cosa que no sea una proscripción cantada, es este veto del decreto presidencial 2004 del 11-12-2009? De los treinta y un partidos nacionales inscriptos –al menos en el Juzgado Federal número 1 a cargo de la jueza Servini de Cubría-, veinte perderán su personería política si sigue adelante esta reforma.
Por estas razones y muchas otras que podría enumerar pero que ya se han dicho, el interbloque Movimiento Proyecto Sur solicita la derogación del decreto 2004, por el que se vetan los artículos 107 y 108 de la ley 26.571.
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lunes, 22 de marzo de 2010
sábado, 20 de marzo de 2010
Disurso de Pino Solanas en la primera sesión en diputados
En la primera sesión de diputados se trataron tres temas: Malvinas, el veto parcial de la Presidenta a la reforma política y el DNU 2010. A las tres y diez de la mañana Fernando Pino Solanas hizo un encendido discurso sobre la deuda externa. Mas abajo también reproducimos también su intervención sobre Malvinas.
Señor presidente:
Lamentablemente, a esta hora estamos abriendo quizá uno de los debates mayores que nos permite tratar el decreto 2010. Ese debate mayor se vincula con el tema que ha ocasionado la frustración de millones de argentinos y de una generación y media de compatriotas. Me refiero a la cuestión de la deuda, que se originó durante la dictadura, se renegoció con el Plan Brady, continuó con el blindaje y el megacanje y siguió con la negociación que entablaron Kirchner y Lavagna en 2005.
No es ni un problema técnico ni económico, sino político, que se ha llevado el esfuerzo del pueblo argentino, representado por aquello que debió servir para la calidad de vida, para el bienestar, para tener un hospital que trate al enfermo y lo opere a horas de realizar su pedido –no cuatro, cinco o seis meses después-, para poder inscribir a esos cientos de miles de chicos que hoy no pueden concurrir a la escuela, para hacer una fuerte inversión en ciencia y técnica en las universidades, para reconstruir la infraestructura de transporte, para hacer exploración de recursos naturales y petroleros, para tener crédito blando para las pymes, para contar con la seguridad social para el ciento por ciento de los trabajadores, etcétera.
Estos son los problemas concretos del pueblo argentino vinculados con la deuda. Hay un pueblo argentino que mira azorado esta crisis institucional. Pasaron varios meses hasta que se abrieron las sesiones del Congreso y todavía no se discutió sobre el monstruo, que devora el trabajo argentino.
No sólo no se quiere discutir acerca del monstruo sino que hay algo peor e inadmisible: el monstruo lo ha identificado la Justicia Federal Argentina en dos causas que se encuentran en el Juzgado Federal Penal N° 2 de la Capital Federal, más la que se ha abierto por el megacanje, causa firmada por la doctora Carrió, Graciela Ocaña, Mario Cafiero y Alfredo Bravo.
La deuda no es, como dice la presidenta, algo del pasado, que se debió tratar al comienzo de la democracia. Esto sería como decir que la causa de los desaparecidos y los delitos del terrorismo de Estado no se pueden investigar porque hubo amnistía y son cosa del pasado.
Tengo razón en plantear esta cuestión de la deuda que hizo desaparecer el ahorro nacional, porque hoy la deuda está más viva que nunca. Todos aquí saben que la deuda es un delito económico de acción continuada. Sigue siendo delito por más que este Parlamento haya tratado pagos de la deuda. Lo dice claramente el Código Civil argentino porque la naturaleza de los ilícitos no los cambia nadie, ni siquiera el Parlamento.
En consecuencia, señor presidente, esta es una tragedia. El interbloque Proyecto Sur apela a la responsabilidad de los legisladores de abrir el debate profundo que este Parlamento se niega a dar, porque le ha dado la espalda a la investigación de la deuda y se la da también al tratamiento puntual de todos los asuntos de la deuda pública, que es una obligación constitucional.
Señor presidente, ¿quién esconde el detalle de lo que quieren pagar? Me refiero al decreto 298, la modalidad de ese pago, la comisión, el porcentaje, los plazos, la vergüenza del banco inglés Barclays mezclado con la explotación petrolera de las Malvinas y haciendo el canje de deuda. No seamos hipócritas.
A este fondo, en el año 2010, no se lo puede denominar Fondo del Bicentenario. ¡Es una vergüenza para la causa de Mayo! ¡Es ofender a los Belgrano, los Moreno y los Castelli dictar un decreto a cinco días de haber finalizado el período de sesiones ordinarias, sin necesidad ni urgencia, para endeudarnos más!
Digo que es una catástrofe, porque de lo que no se quiere hablar es de la catástrofe económica y social que ha ocasionado a la Argentina la política del desarrollo con endeudamiento. Para colmo se ha avalado una deuda que, según la investigación del juez Jorge Ballesteros en la causa Alejandro Olmos, detectó 477 ilícitos, grandes estafas. ¿De quién? De todos los bancos que operaban en Argentina, nacionales y extranjeros. Todos: City, Boston, Morgan, Italiano, Español, Francés, locales, Galicia, los que quieran, más todos los grupos económicos.
Esos ilícitos luego se multiplicaron en las sucesivas renegociaciones. ¡Cómo es posible que el cínico decreto del Bicentenario quiera pagar y arreglar con los fondos buitres, cuando en el año 2005 se hizo una ley cerrojo para que los que quedaban afuera no cobrarán más! Los mismos fondos buitres están siendo investigados hoy por tres causas penales. ¿No es eso interrumpir la continuidad jurídica? ¿No es eso reírse de la Justicia argentina?
Digo que esta es una catástrofe porque a veces las cifras no demuestran nada. Los 6.500 millones de dólares de 2010 equivalen a apenas menos que todo el presupuesto nacional de educación más todo el presupuesto nacional de salud del año 2010. ¡Cómo podemos tratar esto así, livianamente, mintiendo a derecha y a izquierda que iba a haber dinero para las provincias!
Bien lo demostró el diputado Lozano analizando en serio el presupuesto y planteando la primera denuncia seria de que este presupuesto para el 2010 era una tomadura de pelo a todos los argentinos. Sinceremos el discurso.
Cuando digo catástrofe me refiero, por ejemplo, a que para reconstruir Chile hacen falta 30.000 millones de dólares. Y nosotros, en estos pocos años, pagamos 40.000 millones de dólares. Hemos pagado casi 150.000 millones de dólares de deuda en 26 años, con muy mala inteligencia el canje fue atado a la inflación del CER y pudrieron las estadísticas públicas que confecciona el INDEC.
Hoy la Argentina debe más de 170 mil millones de dólares si incluimos los pagos a los holdouts y al Club de París. Nadie de la dirigencia argentina se animó a aprovechar la jurisprudencia internacional más favorable al interés de la Nación. Me refiero a la jurisprudencia que utilizan los Estados Unidos en Irak para no pagar las deudas de Saddam Hussein, la teoría de la deuda odiosa de William Taft.
Esto nos ha costado una generación de argentinos. Por eso no queremos discutir tanto el pasado sino qué destino vamos a dar a nuestros hijos y nietos teniendo en cuenta que los pagos de la deuda están programados hasta más allá del año 2080...!
Creo que pretenden sacar los 6.500 millones para tomar otros 15 mil, porque este año los servicios de la deuda insumirán 22 mil millones de dólares.
Nos hemos acostumbrado a pedir en lugar de mirar lo que sucede aquí. Se quiere ocultar el otro monstruo que configuran los favores, las desgravaciones y exenciones impositivas y los subsidios escandalosos, como los otorgados a Robertito Urquía, pobrecito, que este año tiene más de mil millones de pesos en subsidios.
En los presupuestos de todos estos años hubo alrededor de cuarenta mil millones de pesos de desgravaciones impositivas. ¿Y los aportes patronales? Nadie dice que en 1993 Cavallo los disminuyó en un 50 por ciento y no hemos tenido la dignidad de reponerlos al ciento por ciento, exceptuando las pymes.
Nosotros queremos discutir estas cosas; no pretendemos solo denunciar. Esto es escandaloso por muchos motivos, pero en particular porque oculta la mayor estafa, la mayor defraudación de toda la historia nacional, que es la deuda.
En este año del Bicentenario, esta fuerza va a batir todos los parches, tocará todas las puertas y mirará de frente a todos para que tengan la dignidad, la honradez y el coraje de auditar la deuda pública argentina. Es mentira que eso no se puede hacer.
En la actualidad el Congreso brasilero audita los últimos 30 años de su deuda, y todos se llenan la boca con Lula. El gobierno ecuatoriano de Rafael Correa auditó la deuda con investigadores internacionales y nacionales, y fue un ejemplo.
¡Que nadie nos cambie el discurso! Es mentira que esta fuerza habla de no honrar las deudas; queremos democratizar la democracia y las instituciones. Pretendemos más calidad institucional en el Parlamento, en la justicia y en toda la vida nacional. Las deudas se pagan, pero cuando hay litigio y la propia justicia las está investigando, los pagos se consignan. No se paga así, no se le da un cheque en blanco a la presidenta porque lo pide disfrazado de Fondo del Bicentenario, mientras nosotros ni nos enteramos a quién se paga.
Redondeando, señor presidente, nuestra propuesta es auditoría general de la deuda, acotada en el tiempo –entre diez y doce meses , con los recursos necesarios para hacer esa auditoría en la comisión bicameral y consignar los pagos de deuda ad referéndum del resultado de la investigación ya sea en el Banco de Basilea o en el que se determine.
Nosotros creemos que esto no es suficiente. Hay que sentar las bases para una reconstrucción en la Argentina. No nos oponemos al uso de las reservas, porque los grandes países en desarrollo –Brasil, China, India y Sudáfrica las usan para relanzar su estructura económica. Acá hay que crear el Fondo Nacional de Desarrollo para relanzar la industria petrolera, recuperar el ferrocarril para todos los provincianos y reconstruir la flota marítima y fluvial.
Debemos convocar rápidamente al ministro de Economía y Finanzas Públicas para que concurra a la Comisión de Presupuesto y Hacienda a fin de analizar una ley complementaria del presupuesto 2010. Este espacio tiene las propuestas, aunque no es momento para tratarlas.
Queremos que se hable de lo que no se ha hablado. Primero, de la auditoría general de la deuda. Segundo, la reforma impositiva. ¿cómo es posible que luego de todas las medidas y ajustes fiscales que debe tomar la Argentina, no se llegue a una solución respecto de la renta financiera, el juego, las brutales exenciones impositivas a las petroleras y las mineras, y de los bancos que ganaron el 51 por ciento en 2008 cuando todo el sistema bancario mundial quebraba. Los bancos deben financiar y cofinanciar con el estado los agujeros fiscales actuales con un bono fiscal a diez años a tasa fija.
Queremos discutir esas medidas concretas, pero no es posible que el pueblo argentino siga pagando con ajuste social por el endeudamiento y la complicidad por la estafa de la deuda Leer más...
Señor presidente:
Lamentablemente, a esta hora estamos abriendo quizá uno de los debates mayores que nos permite tratar el decreto 2010. Ese debate mayor se vincula con el tema que ha ocasionado la frustración de millones de argentinos y de una generación y media de compatriotas. Me refiero a la cuestión de la deuda, que se originó durante la dictadura, se renegoció con el Plan Brady, continuó con el blindaje y el megacanje y siguió con la negociación que entablaron Kirchner y Lavagna en 2005.
No es ni un problema técnico ni económico, sino político, que se ha llevado el esfuerzo del pueblo argentino, representado por aquello que debió servir para la calidad de vida, para el bienestar, para tener un hospital que trate al enfermo y lo opere a horas de realizar su pedido –no cuatro, cinco o seis meses después-, para poder inscribir a esos cientos de miles de chicos que hoy no pueden concurrir a la escuela, para hacer una fuerte inversión en ciencia y técnica en las universidades, para reconstruir la infraestructura de transporte, para hacer exploración de recursos naturales y petroleros, para tener crédito blando para las pymes, para contar con la seguridad social para el ciento por ciento de los trabajadores, etcétera.
Estos son los problemas concretos del pueblo argentino vinculados con la deuda. Hay un pueblo argentino que mira azorado esta crisis institucional. Pasaron varios meses hasta que se abrieron las sesiones del Congreso y todavía no se discutió sobre el monstruo, que devora el trabajo argentino.
No sólo no se quiere discutir acerca del monstruo sino que hay algo peor e inadmisible: el monstruo lo ha identificado la Justicia Federal Argentina en dos causas que se encuentran en el Juzgado Federal Penal N° 2 de la Capital Federal, más la que se ha abierto por el megacanje, causa firmada por la doctora Carrió, Graciela Ocaña, Mario Cafiero y Alfredo Bravo.
La deuda no es, como dice la presidenta, algo del pasado, que se debió tratar al comienzo de la democracia. Esto sería como decir que la causa de los desaparecidos y los delitos del terrorismo de Estado no se pueden investigar porque hubo amnistía y son cosa del pasado.
Tengo razón en plantear esta cuestión de la deuda que hizo desaparecer el ahorro nacional, porque hoy la deuda está más viva que nunca. Todos aquí saben que la deuda es un delito económico de acción continuada. Sigue siendo delito por más que este Parlamento haya tratado pagos de la deuda. Lo dice claramente el Código Civil argentino porque la naturaleza de los ilícitos no los cambia nadie, ni siquiera el Parlamento.
En consecuencia, señor presidente, esta es una tragedia. El interbloque Proyecto Sur apela a la responsabilidad de los legisladores de abrir el debate profundo que este Parlamento se niega a dar, porque le ha dado la espalda a la investigación de la deuda y se la da también al tratamiento puntual de todos los asuntos de la deuda pública, que es una obligación constitucional.
Señor presidente, ¿quién esconde el detalle de lo que quieren pagar? Me refiero al decreto 298, la modalidad de ese pago, la comisión, el porcentaje, los plazos, la vergüenza del banco inglés Barclays mezclado con la explotación petrolera de las Malvinas y haciendo el canje de deuda. No seamos hipócritas.
A este fondo, en el año 2010, no se lo puede denominar Fondo del Bicentenario. ¡Es una vergüenza para la causa de Mayo! ¡Es ofender a los Belgrano, los Moreno y los Castelli dictar un decreto a cinco días de haber finalizado el período de sesiones ordinarias, sin necesidad ni urgencia, para endeudarnos más!
Digo que es una catástrofe, porque de lo que no se quiere hablar es de la catástrofe económica y social que ha ocasionado a la Argentina la política del desarrollo con endeudamiento. Para colmo se ha avalado una deuda que, según la investigación del juez Jorge Ballesteros en la causa Alejandro Olmos, detectó 477 ilícitos, grandes estafas. ¿De quién? De todos los bancos que operaban en Argentina, nacionales y extranjeros. Todos: City, Boston, Morgan, Italiano, Español, Francés, locales, Galicia, los que quieran, más todos los grupos económicos.
Esos ilícitos luego se multiplicaron en las sucesivas renegociaciones. ¡Cómo es posible que el cínico decreto del Bicentenario quiera pagar y arreglar con los fondos buitres, cuando en el año 2005 se hizo una ley cerrojo para que los que quedaban afuera no cobrarán más! Los mismos fondos buitres están siendo investigados hoy por tres causas penales. ¿No es eso interrumpir la continuidad jurídica? ¿No es eso reírse de la Justicia argentina?
Digo que esta es una catástrofe porque a veces las cifras no demuestran nada. Los 6.500 millones de dólares de 2010 equivalen a apenas menos que todo el presupuesto nacional de educación más todo el presupuesto nacional de salud del año 2010. ¡Cómo podemos tratar esto así, livianamente, mintiendo a derecha y a izquierda que iba a haber dinero para las provincias!
Bien lo demostró el diputado Lozano analizando en serio el presupuesto y planteando la primera denuncia seria de que este presupuesto para el 2010 era una tomadura de pelo a todos los argentinos. Sinceremos el discurso.
Cuando digo catástrofe me refiero, por ejemplo, a que para reconstruir Chile hacen falta 30.000 millones de dólares. Y nosotros, en estos pocos años, pagamos 40.000 millones de dólares. Hemos pagado casi 150.000 millones de dólares de deuda en 26 años, con muy mala inteligencia el canje fue atado a la inflación del CER y pudrieron las estadísticas públicas que confecciona el INDEC.
Hoy la Argentina debe más de 170 mil millones de dólares si incluimos los pagos a los holdouts y al Club de París. Nadie de la dirigencia argentina se animó a aprovechar la jurisprudencia internacional más favorable al interés de la Nación. Me refiero a la jurisprudencia que utilizan los Estados Unidos en Irak para no pagar las deudas de Saddam Hussein, la teoría de la deuda odiosa de William Taft.
Esto nos ha costado una generación de argentinos. Por eso no queremos discutir tanto el pasado sino qué destino vamos a dar a nuestros hijos y nietos teniendo en cuenta que los pagos de la deuda están programados hasta más allá del año 2080...!
Creo que pretenden sacar los 6.500 millones para tomar otros 15 mil, porque este año los servicios de la deuda insumirán 22 mil millones de dólares.
Nos hemos acostumbrado a pedir en lugar de mirar lo que sucede aquí. Se quiere ocultar el otro monstruo que configuran los favores, las desgravaciones y exenciones impositivas y los subsidios escandalosos, como los otorgados a Robertito Urquía, pobrecito, que este año tiene más de mil millones de pesos en subsidios.
En los presupuestos de todos estos años hubo alrededor de cuarenta mil millones de pesos de desgravaciones impositivas. ¿Y los aportes patronales? Nadie dice que en 1993 Cavallo los disminuyó en un 50 por ciento y no hemos tenido la dignidad de reponerlos al ciento por ciento, exceptuando las pymes.
Nosotros queremos discutir estas cosas; no pretendemos solo denunciar. Esto es escandaloso por muchos motivos, pero en particular porque oculta la mayor estafa, la mayor defraudación de toda la historia nacional, que es la deuda.
En este año del Bicentenario, esta fuerza va a batir todos los parches, tocará todas las puertas y mirará de frente a todos para que tengan la dignidad, la honradez y el coraje de auditar la deuda pública argentina. Es mentira que eso no se puede hacer.
En la actualidad el Congreso brasilero audita los últimos 30 años de su deuda, y todos se llenan la boca con Lula. El gobierno ecuatoriano de Rafael Correa auditó la deuda con investigadores internacionales y nacionales, y fue un ejemplo.
¡Que nadie nos cambie el discurso! Es mentira que esta fuerza habla de no honrar las deudas; queremos democratizar la democracia y las instituciones. Pretendemos más calidad institucional en el Parlamento, en la justicia y en toda la vida nacional. Las deudas se pagan, pero cuando hay litigio y la propia justicia las está investigando, los pagos se consignan. No se paga así, no se le da un cheque en blanco a la presidenta porque lo pide disfrazado de Fondo del Bicentenario, mientras nosotros ni nos enteramos a quién se paga.
Redondeando, señor presidente, nuestra propuesta es auditoría general de la deuda, acotada en el tiempo –entre diez y doce meses , con los recursos necesarios para hacer esa auditoría en la comisión bicameral y consignar los pagos de deuda ad referéndum del resultado de la investigación ya sea en el Banco de Basilea o en el que se determine.
Nosotros creemos que esto no es suficiente. Hay que sentar las bases para una reconstrucción en la Argentina. No nos oponemos al uso de las reservas, porque los grandes países en desarrollo –Brasil, China, India y Sudáfrica las usan para relanzar su estructura económica. Acá hay que crear el Fondo Nacional de Desarrollo para relanzar la industria petrolera, recuperar el ferrocarril para todos los provincianos y reconstruir la flota marítima y fluvial.
Debemos convocar rápidamente al ministro de Economía y Finanzas Públicas para que concurra a la Comisión de Presupuesto y Hacienda a fin de analizar una ley complementaria del presupuesto 2010. Este espacio tiene las propuestas, aunque no es momento para tratarlas.
Queremos que se hable de lo que no se ha hablado. Primero, de la auditoría general de la deuda. Segundo, la reforma impositiva. ¿cómo es posible que luego de todas las medidas y ajustes fiscales que debe tomar la Argentina, no se llegue a una solución respecto de la renta financiera, el juego, las brutales exenciones impositivas a las petroleras y las mineras, y de los bancos que ganaron el 51 por ciento en 2008 cuando todo el sistema bancario mundial quebraba. Los bancos deben financiar y cofinanciar con el estado los agujeros fiscales actuales con un bono fiscal a diez años a tasa fija.
Queremos discutir esas medidas concretas, pero no es posible que el pueblo argentino siga pagando con ajuste social por el endeudamiento y la complicidad por la estafa de la deuda Leer más...
sábado, 26 de diciembre de 2009
'Pino' Solanas en Haedo, 13 - XI - 2009
Compañeras, compañeros, vecinos, amigos y la gran muchachada de Proyecto Sur:
Voy a continuar con lo que venían diciendo Luis Brunati y Mario Mazzitelli. Vivimos épocas de excepción, épocas extraordinarias. A veces no tenemos esa percepción en el lío de todos los días. Se nos escapa este tiempo histórico como el agua entre las manos. Se nos escapa y no nos damos cuenta. Tantas derrotas y tantos sacrificios nos han venido dejando el conocimiento de que “el que se quema con leche ve una vaca y llora”, o corre. Se ha venido produciendo una suerte de hartazgo. No se puede comprender que el gobierno de la Presidenta, que se inició con más de la mitad de votos de imagen positiva y tantas cosas más, seis meses después había perdido la mitad de aceptación pública. Pero vivimos tiempos excepcionales. Porque América Latina nunca ha vivido un marco de unidad y de vocación de independencia como el presente, un marco para construir esa patria inacabada que arrastramos desde hace doscientos años. Es un tiempo único. Es un tiempo que posibilita ir hacia adelante. Es un tiempo que nos invita a romper de una vez por todas con las cadenas que nos someten. Con las cadenas de este viejo colonialismo que hoy con nuevas formas, más hipócritas o a veces silenciosas, se sigue llevando nuestros recursos naturales. Nos siguen atando al pago de esa deuda de la que hablaba Mario. Pero igualmente es un tiempo histórico extraordinario.
En lo interno, y esto es lo más importante, lo central es que a veces no comprendemos lo que se va a producir y se está produciendo, la ebullición que va a derramarse como una espuma. Hasta nosotros mismos nos sorprendió lo que pasó en la Ciudad de Buenos Aires el 28 de junio. Les confieso que los más optimistas creíamos que íbamos a sacar un 15 o un 16 por ciento, que íbamos a duplicar o a duplicar por un poquito más lo que habíamos hecho en la elección de 2007. Porque es muy difícil darse cuenta de qué es lo que está sintiendo la gente. Es verdadera la confianza que despiertan compañeras y compañeros que han dedicado toda su vida a servir a la gente. Son compañeras y compañeros que se han dedicado con mucha generosidad y solidaridad a dar sus conocimientos, sea atendiendo en el hospital o enseñando, como decía Luis. Son referentes sociales que dedicaron su vida a hacerse cargo de los problemas de sus vecinos o de sus compañeros de trabajo.
Todos los compañeros que integramos Proyecto Sur venimos de distintas experiencias y corrientes políticas. Porque Proyecto Sur es una fuerza abierta, amplia. Es un poco barajar y dar de nuevo. Cuando vemos la historia en el pasado observamos que en el año 45, el 17 de octubre, se construyó con un pueblo que venía de distintas experiencias políticas, o que las había votado antes, porque no existía el peronismo. Yo creo que después de estos casi sesenta años de tanta traición y fracaso estamos llegando a un momento de barajar y dar de nuevo. Estamos llegando a un momento donde decimos ¡basta de dividirnos por las cosas del pasado! Estamos en un momento en el que cada uno descubre que el compañero que está al lado, sea radical, de izquierda, peronista o lo que sea, está sintiendo y pensando lo mismo. Nos habían dividido y desanimado mucho. Y ahora estamos cansados y descubrimos que entre nosotros podemos construir un instrumento, un nuevo movimiento, generoso, amplio, solidario, que ponga toda la energía en buscar las soluciones concretas para enfrentar cada uno de los problemas que tenemos en el barrio, en la ciudad, en la provincia, en el país.
El momento es éste. Lo explica el gran triunfo que obtuvimos en la elección de junio. Hay una parte importantísima del pueblo que antes había votado otras cosas, pero que cambió al oír una explicación clara y coherente de qué es lo que nos está pasando. La gente oyó que se puede transformar la Argentina, y rápido, si cambiamos de política. Se oyó la explicación y los temas que nos habían censurado porque no querían ni que nos enteráramos de las enormes riquezas del petróleo, del gas, de la minería, de la pesca, del campo. Son riquezas que si la Argentina las recupera, porque hoy en día se van afuera, en breve tiempo se acaba con la indigencia y con los flagelos del mal de Chagas y todas las pestes y con tener cinco millones de indigentes y desnutridos. Los hospitales dan turno para cuatro, cinco o seis meses; las escuelas no aceptan más chicos porque están colmadas. Hay familias viviendo hacinadas y sufrimos la vergüenza de que casi el 60 % de los trabajadores no tiene seguridad social, está en negro. ¡Cómo serán de hipócritas los que nos gobiernan que se ponen la camiseta de peronistas y tienen al 60% de los trabajadores en negro!
Entonces, compañeros, hay un pueblo que está esperando y comprende la propuesta, la entiende. La elección que hicimos, la hicimos hablando y a pata, sin recursos. La hicimos explicando lo que nadie había explicado. Esa masa de ciudadanos que nos apoyó de una u otra manera está presente en todas las provincias argentinas. Eso es lo extraordinario que demuestra la elección de junio. En todas las provincias argentinas hay una enorme masa de ciudadanos que ni va a votar. Sesenta por ciento de abstención en Santiago del Estero; cincuenta y tres por ciento en Catamarca, y podría seguir contando. Eso responde al hartazgo frente al bipartidismo, frente a los responsables del fracaso de la Argentina. Porque alguno es responsable de lo que nos pasó. Mientras Chile o Brasil pegaban un salto hacia delante acá íbamos para atrás. Nos gobernaron los que usurparon las grandes causas populares que hicieron progresar a la Argentina durante el siglo XX. Me refiero a las causas del radicalismo de Alem e Irigoyen, me refiero al peronismo de Perón y Evita. Los que se quedaron con los aparatos partidarios vaciaron de contenido esas causas para llegar a ejercer las políticas de los enemigos de Alem, de Irigoyen, de Perón y de Evita. Vaciaron las causas de sus contenidos, las traicionaron. Se quedaron con los aparatos partidarios, que fueron alimentados y servidos por los intereses de las corporaciones y de las multinacionales. Esa dirigencia les sirvió fielmente. Hace diez días se pusieron en descubierto. En el Congreso, las cuatro caras del modelo de saqueo y de corrupción votaron juntos. Son cuatro fuerzas. Son las cuatro caras del mismo bipartidismo: los kirchneristas, los radicales, su variante de la Coalición Cívica y la otra variante semialiada de la derecha liberal del PJ (entre el PJ y no se sabe qué), que es el PRO, los macristas.
Estos cuatro votaron rapidito volver a pagar la deuda externa, votaron volver al Fondo Monetario. Acordaron pagar seguramente 15 mil millones de dólares, que son casi sesenta mil millones de pesos. Piensen ustedes que esto pasa en una Argentina que tiene cinco millones de indigentes y millones de argentinos que viven con planes trabajar y salen a cortar rutas porque nadie los escucha. Los cuatro partidos priorizaron pagarle a los bancos, porque no se trata de los bonistas. Los bonistas, hace cuatro o cinco años, cuando quedaron fuera del canje de deuda pensando que no cobrarían nunca, le vendieron los bonos por el diez por ciento de su valor a los bancos ¡Y hoy los bancos se hacen pagar a valor pleno esos bonos! Diré algo para que ustedes tengan idea de lo que representa ese pago de quince mil millones de dólares. Con sólo cinco mil millones de dólares podríamos construir una petrolera estatal, y sería una petrolera que entraría a buscar petróleo en el mar y en el continente. Con mil millones de dólares se construyen cuarenta barcos graneleros de treinta mil toneladas en los astilleros argentinos. Con cuatro mil millones de dólares se reconstruyen todos los ferrocarriles, los trenes interurbanos que iban a las cinco regiones del país: noroeste, noreste, Patagonia, oeste, centro. Otros cinco mil millones de dólares, que son veinte mil millones de pesos, representan cuatro veces lo que van a gastar por la asignación por hijo. ¡Con eso se le da una paliza a la indigencia! Todo esto generaría decena de miles de puestos de trabajo estables.
Comprendámoslo muy bien: hay un gobierno demagogo, bien conservador, bien hipócrita, bien traidor a la Patria que es el de Cristina y Néstor Kirchner, que prioriza pagar deuda externa a los mismos bancos que el año pasado tuvieron un cincuenta y dos por ciento de tasa de ganancia. El gobierno prioriza pagar a esos bancos en lugar de generar doscientos o trescientos mil puestos de trabajo estables. Nosotros, desde Proyecto Sur, decimos que toda la Argentina debe repudiar de pie el gesto traidor de este gobierno. ¡Espero que lo haga Martín Sabbatella, aquí en Morón! Dije repudiar, dije rechazar. Entonces, compañeros, voy a enumerar a manera de síntesis y de final cómo puede darse vuelta este país como una taba en poco tiempo.
Lo que decimos se resume en cinco grupos de ideas o cinco causas. Nosotros decimos que este maravilloso y riquísimo país contiene la sexta reserva de metales del planeta, que este país tiene seis millones de kilómetros cuadrados mar y plataforma continental. Tenemos seis millones de kilómetros de esa gran pampa sumergida que es el Atlántico Sur, con una reserva pesquera y de petróleo monumentales. Tenemos millones de hectáreas fiscales. Nosotros decimos que debemos recuperar las rentas excepcionales de toda esa riqueza, como lo han hecho todos los grandes países de la Tierra, que recuperaron lo que tienen en casa y lo administraron con un poco de sabiduría. No se necesitan luces especiales. Cada familia se sabe administrar, sabe estirar lo poco que tiene para poder educar a sus hijos y llegar a fin de mes. ¡Cómo no lo va a poder hacer el país entero! Debemos recuperar esas rentas excepcionales y empezar con un cambio de modelo impositivo para gravar las grandes rentas y ganancias. Doy la información de que en este año 2009 se perdonaron cuarenta y un mil millones de pesos de impuestos a las grandes corporaciones. ¡Cuatro veces lo que va a costar la asignación por hijo! Perdonaron graciosamente a las corporaciones. Por eso digo que Argentina tiene mucho dinero. Por eso es inadmisible que la Presidenta de la Nación siga mintiendo descaradamente al decir que no hay recursos. La renta del petróleo, en 2008, y del gas, fue de más de cien mil millones de pesos, cinco veces y medio el presupuesto de educación y de salud de toda la Nación.
Proyecto Sur dice que hay que recuperar las rentas excepcionales, crear la petrolera estatal y acabar con nuestros flagelos haciendo una gran reparación, una gratificación especial a las víctimas de tantos experimentos económicos y a los jóvenes, a los que fueron la clase pasiva desde el noventa hasta hoy. A los jóvenes, que desde los años noventa vienen sintiendo el ajuste de la educación, la pérdida de trabajo de sus padres, que no pudieron emplearse tampoco ellos y a los que terminaron vendiéndole droga en la esquina con la complicidad de las policías, los caudillos políticos territoriales, los jueces y los fiscales. A nosotros nos preocupa la seguridad. ¡Cómo no nos va a preocupar si las víctimas son nuestros hijos! Pero la seguridad tiene nombre y apellido. Mejor dicho, el delito tiene causas. El Estado, los caudillos políticos, la dirigencia política y las fuerzas de seguridad saben muy bien dónde están las mil pistas de aterrizaje de la droga que aterriza en sus propios campos. Las policías provinciales, como la federal y también la gendarmería, saben muy bien dónde están los desarmaderos de coches, compañeros. Los desarmaderos no se pueden esconder en el sótano de una casa. Todos saben dónde se venden los repuestos de esos coches que nos roban. Todos saben que con trescientos o cuatrocientos pesos agarran a estos pibes y los lanzan a robar coches o casas. O los sacan de la prisión y cuando los pibes se resisten aparecen con una bala en la cabeza. El crimen organizado es el gran flagelo de la Argentina. ¿Cuándo empezó el narcotráfico en la Argentina? ¡Eduardo Duhalde, eras el delegado de la DEA en aquellos tiempos!
Nosotros decimos que el problema de la Argentina se resuelve relanzando productivamente el país. La punta de lanza deben ser la reconstrucción de las grandes empresas públicas, las fábricas de fábricas que son los astilleros, los ferrocarriles, la siderurgia, los hidrocarburos, la aeronáutica. No sólo vamos a generar cientos de miles de empleos estables, sino que en esos complejos se va a multiplicar la demanda de las ingenierías y capacidades técnicas para generar tecnología nacional. Queremos que nuestros chicos puedan especializarse en las carreras de punta de nuestras universidades.
La cuarta causa grande de Proyecto Sur es promover una gran revolución en la seguridad social, en la educación y en la salud. Queremos volver a la doble escolaridad, y que nuestros muchachos y chicas pasen el día en la escuela para aprender todas las capacidades que hoy exige la revolución científica, la técnica, el mercado, lo que quieran. Para eso hay que invertir mucho en la estructura educacional, para tener los establecimientos que puedan dar lugar a este cambio en la enseñanza. Dignificar a los profesores y maestros para que puedan vivir del empleo único de la enseñanza y puedan seguir capacitándose. En tiempos de crisis moral, de degradación, de pérdida de solidaridad, las escuelas y las universidades no sólo deben ser fábricas de técnicos. Deben ser espacios donde nuestros hijos se formen como ciudadanos para la democracia, donde accedan a una mirada crítica y transformadora del mundo, donde puedan formarse en el humanismo y en la ética pública.
Debemos volver a las ideas de Ramón Carrillo y hacer una fuerte inversión en la estructura hospitalaria. Reparar a la clase pasiva es hacer efectivo el 82% móvil, y que el ANSES, como el INDEC, sean organismos absolutamente autónomos en los que nadie pueda meter la mano para adulterar las cifras o para usar el dinero con otros fines.
Reparar a la juventud significa realizar un sistema de becas para que aquellos que no pudieron estudiar vuelvan a capacitarse. Sistemas de becas de reinserción en la capacitación. Esto significa también la reparación histórica de los Pueblos Originarios que todavía están esperando que se cumpla el artículo de la Constitución que les otorga el legítimo derecho de ser titulares de las tierras que secularmente les ocuparon. La reparación histórica significa dignidad, trabajo y compensación para nuestros héroes de Malvinas.
La quinta causa tiene que ver con la democratización de la democracia. No podremos “desratizar” esta sociedad mafiosa sin una batalla cultural activa que desarrolle una gran energía y un gran debate cultural y políticas activas; no sólo para combatir el delito, sino para articular una reforma de la Justicia que multiplique los juzgados, los jueces y los fiscales. Ningún juez puede leer o estudiar dos mil o tres mil causas por año. Democratizar la democracia significa democratizar el parlamento para que sea de puertas abiertas, para que haya un canal de televisión que registre todos los debates de comisiones o del plenario, como sucede en Brasil. Significa democratizar el sistema electoral, los partidos políticos, los sindicatos. Pero significa también, compañeros, defender el derecho a la libre elección. La libertad sindical, compañeros.
Pero democratizar la democracia, como todas las otras grandes causas, no es tarea de dos, tres, ni cuatro años. Tengamos conciencia. Reconstruir treinta o cuarenta mil kilómetros de vías no se hace en tres o cuatro años. Construir treinta o cuarenta barcos tampoco. Son políticas estratégicas que deben ser tomadas por las manos de un fuerte movimiento que las defienda. Porque nos va a llevar varios años ponerlas en práctica y defenderlas con movilizaciones en la calle con la organización de los trabajadores, de los vecinos y de los movimientos sociales, compañeros.
Transformar la Argentina significa empezar a transformarnos cada uno de nosotros. Sí, venimos pegoteados por la tela de araña del “sálvese quien pueda”, del tomar ventaja. Debemos defendernos frente a la incerteza, frente al desamparo. Entonces, compañeros, hay que empezar a hacer militancia activa en cada uno de nosotros. Esto significa empezar a fundar una nueva ética, compañeros. Proyecto Sur se plantea levantar la bandera de la Ética Pública. La Ética Pública quiere decir que lo que es de todos, que ha costado muchos sacrificios a nuestros viejos y abuelos, lo debemos cuidar y defender entre todos. Que tocar lo que es de todos, y hacer negocios privados con lo que es de todos y público es un delito infamante, una gran traición a la Patria. Ética significa también desarrollar la conciencia en nuestra muchachada y en todos nosotros, la conciencia del patrimonio que nos pertenece por ser argentinos. Cada uno de los cuarenta millones de habitantes es un copropietario de este gran consorcio de cuarenta millones de accionistas que es el país. Cada uno es copropietario de los millones de hectáreas fiscales, de la plataforma continental, del subsuelo, de los cientos de edificios, hospitales, escuelas, puertos, aeropuertos. Esta conciencia es importante tenerla porque nadie puede defender lo que no sabe que le pertenece y mucho menos cuando desconoce el valor de lo que le pertenece, el valor monumental de los minerales que se llevan, de la pesca que se llevan.
Compañeros: termino retomando lo que dije al comienzo. El tiempo histórico está corriendo y el reloj está yendo al triple de velocidad que antes. Los tiempos históricos se aceleran como cuando se calienta el agua y finalmente rebasa. Nos quedan dos años. El pueblo, en todo el país, está esperando el cambio, lo pide. Está esperando que surja una fuerza con hombres y mujeres que le merezcan confianza, que los conozcan porque los vieron luchar en el barrio, en la fábrica, en la escuela, en el hospital. Lo que nos falta, compañeros, es organizarnos. Lo que nos falta es cambiar el dial, cambiar el canal que tenemos dentro, corrernos del canal del “no se puede” y pasarnos al canal de empezar a convencernos que podemos ganar en 2011. Pero muchachos, atención. Se puede ganar a condición de varias cosas. A condición de organizarnos para garantizar la seguridad de la batalla central que es la batalla del comicio. Debemos asegurar que no nos roben los votos o las urnas. Se puede ganar a condición de que construyamos varias personerías políticas, varias personerías electorales para enfrentar cualquiera de las trampas que nos quieren hacer con la reforma electoral. Quiero decir que las condiciones para ganar están, pero también que el triunfo no viene a la puerta de casa. Hay que salir, comenzar a atravesar la noche para construir ese triunfo, compañeros. Construir ese triunfo es construir la personería electoral en todos los distritos. Construir ese triunfo es preparar un ejército de fiscales, es pintar en todos los lugares que se pueda. Pintar y decir que ahí está Proyecto Sur, porque se puede transformar la Argentina.
| Preparar el triunfo, compañeros, es prepararse para gobernar. No basta con cantar, ni con ganar ni con festejar la victoria. Para derrotar al bipartidismo debemos preparar desde ahora el poder que lo va a reemplazar el día después de la victoria. Eso significa que desde ahora los compañeros y los militantes y todas las buenas voluntades y los vecinos y los compañeros, profesionales y técnicos que tienen ideas, comiencen a aportarlas porque hay que empezar a preparar las respuestas y las soluciones que vamos a dar a cada problema concreto de cada ciudad, de cada pueblo, de cada provincia y del país. Hagamos el esfuerzo de cambiar el dial de la tele interna para empezar a ver el largo, trabajoso y paciente camino que es desde ahora empezar a preparar la victoria. Con proyectos, con una gran masa de militantes, amigos y simpatizantes capaces de garantizar el comicio y de preparar las soluciones, de pensar y repensar el territorio, de repensar el distrito. Debemos proponer soluciones; las buenas solo serán aquellas que sean las menos costosas para nuestro pueblo, las más humanas, las más sensatas.
Queridos compañeros, estoy convencido de que tenemos todo. Falta vencer al enemigo interno que tenemos, a ese enemigo de la derrota, ese que está deprimido y resignado y dice: “sí, qué buenas palabras estas de Pino, pero ¿vos crees que podremos? ¿Vos crees que nos dejarán?” ¡Basta muchachos! ¡A tirarlo por la ventana al enemigo interno porque la Patria espera, compañeros!
¡Viva la Patria! Leer más...
Voy a continuar con lo que venían diciendo Luis Brunati y Mario Mazzitelli. Vivimos épocas de excepción, épocas extraordinarias. A veces no tenemos esa percepción en el lío de todos los días. Se nos escapa este tiempo histórico como el agua entre las manos. Se nos escapa y no nos damos cuenta. Tantas derrotas y tantos sacrificios nos han venido dejando el conocimiento de que “el que se quema con leche ve una vaca y llora”, o corre. Se ha venido produciendo una suerte de hartazgo. No se puede comprender que el gobierno de la Presidenta, que se inició con más de la mitad de votos de imagen positiva y tantas cosas más, seis meses después había perdido la mitad de aceptación pública. Pero vivimos tiempos excepcionales. Porque América Latina nunca ha vivido un marco de unidad y de vocación de independencia como el presente, un marco para construir esa patria inacabada que arrastramos desde hace doscientos años. Es un tiempo único. Es un tiempo que posibilita ir hacia adelante. Es un tiempo que nos invita a romper de una vez por todas con las cadenas que nos someten. Con las cadenas de este viejo colonialismo que hoy con nuevas formas, más hipócritas o a veces silenciosas, se sigue llevando nuestros recursos naturales. Nos siguen atando al pago de esa deuda de la que hablaba Mario. Pero igualmente es un tiempo histórico extraordinario.
En lo interno, y esto es lo más importante, lo central es que a veces no comprendemos lo que se va a producir y se está produciendo, la ebullición que va a derramarse como una espuma. Hasta nosotros mismos nos sorprendió lo que pasó en la Ciudad de Buenos Aires el 28 de junio. Les confieso que los más optimistas creíamos que íbamos a sacar un 15 o un 16 por ciento, que íbamos a duplicar o a duplicar por un poquito más lo que habíamos hecho en la elección de 2007. Porque es muy difícil darse cuenta de qué es lo que está sintiendo la gente. Es verdadera la confianza que despiertan compañeras y compañeros que han dedicado toda su vida a servir a la gente. Son compañeras y compañeros que se han dedicado con mucha generosidad y solidaridad a dar sus conocimientos, sea atendiendo en el hospital o enseñando, como decía Luis. Son referentes sociales que dedicaron su vida a hacerse cargo de los problemas de sus vecinos o de sus compañeros de trabajo.
Todos los compañeros que integramos Proyecto Sur venimos de distintas experiencias y corrientes políticas. Porque Proyecto Sur es una fuerza abierta, amplia. Es un poco barajar y dar de nuevo. Cuando vemos la historia en el pasado observamos que en el año 45, el 17 de octubre, se construyó con un pueblo que venía de distintas experiencias políticas, o que las había votado antes, porque no existía el peronismo. Yo creo que después de estos casi sesenta años de tanta traición y fracaso estamos llegando a un momento de barajar y dar de nuevo. Estamos llegando a un momento donde decimos ¡basta de dividirnos por las cosas del pasado! Estamos en un momento en el que cada uno descubre que el compañero que está al lado, sea radical, de izquierda, peronista o lo que sea, está sintiendo y pensando lo mismo. Nos habían dividido y desanimado mucho. Y ahora estamos cansados y descubrimos que entre nosotros podemos construir un instrumento, un nuevo movimiento, generoso, amplio, solidario, que ponga toda la energía en buscar las soluciones concretas para enfrentar cada uno de los problemas que tenemos en el barrio, en la ciudad, en la provincia, en el país.
El momento es éste. Lo explica el gran triunfo que obtuvimos en la elección de junio. Hay una parte importantísima del pueblo que antes había votado otras cosas, pero que cambió al oír una explicación clara y coherente de qué es lo que nos está pasando. La gente oyó que se puede transformar la Argentina, y rápido, si cambiamos de política. Se oyó la explicación y los temas que nos habían censurado porque no querían ni que nos enteráramos de las enormes riquezas del petróleo, del gas, de la minería, de la pesca, del campo. Son riquezas que si la Argentina las recupera, porque hoy en día se van afuera, en breve tiempo se acaba con la indigencia y con los flagelos del mal de Chagas y todas las pestes y con tener cinco millones de indigentes y desnutridos. Los hospitales dan turno para cuatro, cinco o seis meses; las escuelas no aceptan más chicos porque están colmadas. Hay familias viviendo hacinadas y sufrimos la vergüenza de que casi el 60 % de los trabajadores no tiene seguridad social, está en negro. ¡Cómo serán de hipócritas los que nos gobiernan que se ponen la camiseta de peronistas y tienen al 60% de los trabajadores en negro!
Entonces, compañeros, hay un pueblo que está esperando y comprende la propuesta, la entiende. La elección que hicimos, la hicimos hablando y a pata, sin recursos. La hicimos explicando lo que nadie había explicado. Esa masa de ciudadanos que nos apoyó de una u otra manera está presente en todas las provincias argentinas. Eso es lo extraordinario que demuestra la elección de junio. En todas las provincias argentinas hay una enorme masa de ciudadanos que ni va a votar. Sesenta por ciento de abstención en Santiago del Estero; cincuenta y tres por ciento en Catamarca, y podría seguir contando. Eso responde al hartazgo frente al bipartidismo, frente a los responsables del fracaso de la Argentina. Porque alguno es responsable de lo que nos pasó. Mientras Chile o Brasil pegaban un salto hacia delante acá íbamos para atrás. Nos gobernaron los que usurparon las grandes causas populares que hicieron progresar a la Argentina durante el siglo XX. Me refiero a las causas del radicalismo de Alem e Irigoyen, me refiero al peronismo de Perón y Evita. Los que se quedaron con los aparatos partidarios vaciaron de contenido esas causas para llegar a ejercer las políticas de los enemigos de Alem, de Irigoyen, de Perón y de Evita. Vaciaron las causas de sus contenidos, las traicionaron. Se quedaron con los aparatos partidarios, que fueron alimentados y servidos por los intereses de las corporaciones y de las multinacionales. Esa dirigencia les sirvió fielmente. Hace diez días se pusieron en descubierto. En el Congreso, las cuatro caras del modelo de saqueo y de corrupción votaron juntos. Son cuatro fuerzas. Son las cuatro caras del mismo bipartidismo: los kirchneristas, los radicales, su variante de la Coalición Cívica y la otra variante semialiada de la derecha liberal del PJ (entre el PJ y no se sabe qué), que es el PRO, los macristas.
Estos cuatro votaron rapidito volver a pagar la deuda externa, votaron volver al Fondo Monetario. Acordaron pagar seguramente 15 mil millones de dólares, que son casi sesenta mil millones de pesos. Piensen ustedes que esto pasa en una Argentina que tiene cinco millones de indigentes y millones de argentinos que viven con planes trabajar y salen a cortar rutas porque nadie los escucha. Los cuatro partidos priorizaron pagarle a los bancos, porque no se trata de los bonistas. Los bonistas, hace cuatro o cinco años, cuando quedaron fuera del canje de deuda pensando que no cobrarían nunca, le vendieron los bonos por el diez por ciento de su valor a los bancos ¡Y hoy los bancos se hacen pagar a valor pleno esos bonos! Diré algo para que ustedes tengan idea de lo que representa ese pago de quince mil millones de dólares. Con sólo cinco mil millones de dólares podríamos construir una petrolera estatal, y sería una petrolera que entraría a buscar petróleo en el mar y en el continente. Con mil millones de dólares se construyen cuarenta barcos graneleros de treinta mil toneladas en los astilleros argentinos. Con cuatro mil millones de dólares se reconstruyen todos los ferrocarriles, los trenes interurbanos que iban a las cinco regiones del país: noroeste, noreste, Patagonia, oeste, centro. Otros cinco mil millones de dólares, que son veinte mil millones de pesos, representan cuatro veces lo que van a gastar por la asignación por hijo. ¡Con eso se le da una paliza a la indigencia! Todo esto generaría decena de miles de puestos de trabajo estables.
Comprendámoslo muy bien: hay un gobierno demagogo, bien conservador, bien hipócrita, bien traidor a la Patria que es el de Cristina y Néstor Kirchner, que prioriza pagar deuda externa a los mismos bancos que el año pasado tuvieron un cincuenta y dos por ciento de tasa de ganancia. El gobierno prioriza pagar a esos bancos en lugar de generar doscientos o trescientos mil puestos de trabajo estables. Nosotros, desde Proyecto Sur, decimos que toda la Argentina debe repudiar de pie el gesto traidor de este gobierno. ¡Espero que lo haga Martín Sabbatella, aquí en Morón! Dije repudiar, dije rechazar. Entonces, compañeros, voy a enumerar a manera de síntesis y de final cómo puede darse vuelta este país como una taba en poco tiempo.
Lo que decimos se resume en cinco grupos de ideas o cinco causas. Nosotros decimos que este maravilloso y riquísimo país contiene la sexta reserva de metales del planeta, que este país tiene seis millones de kilómetros cuadrados mar y plataforma continental. Tenemos seis millones de kilómetros de esa gran pampa sumergida que es el Atlántico Sur, con una reserva pesquera y de petróleo monumentales. Tenemos millones de hectáreas fiscales. Nosotros decimos que debemos recuperar las rentas excepcionales de toda esa riqueza, como lo han hecho todos los grandes países de la Tierra, que recuperaron lo que tienen en casa y lo administraron con un poco de sabiduría. No se necesitan luces especiales. Cada familia se sabe administrar, sabe estirar lo poco que tiene para poder educar a sus hijos y llegar a fin de mes. ¡Cómo no lo va a poder hacer el país entero! Debemos recuperar esas rentas excepcionales y empezar con un cambio de modelo impositivo para gravar las grandes rentas y ganancias. Doy la información de que en este año 2009 se perdonaron cuarenta y un mil millones de pesos de impuestos a las grandes corporaciones. ¡Cuatro veces lo que va a costar la asignación por hijo! Perdonaron graciosamente a las corporaciones. Por eso digo que Argentina tiene mucho dinero. Por eso es inadmisible que la Presidenta de la Nación siga mintiendo descaradamente al decir que no hay recursos. La renta del petróleo, en 2008, y del gas, fue de más de cien mil millones de pesos, cinco veces y medio el presupuesto de educación y de salud de toda la Nación.
Proyecto Sur dice que hay que recuperar las rentas excepcionales, crear la petrolera estatal y acabar con nuestros flagelos haciendo una gran reparación, una gratificación especial a las víctimas de tantos experimentos económicos y a los jóvenes, a los que fueron la clase pasiva desde el noventa hasta hoy. A los jóvenes, que desde los años noventa vienen sintiendo el ajuste de la educación, la pérdida de trabajo de sus padres, que no pudieron emplearse tampoco ellos y a los que terminaron vendiéndole droga en la esquina con la complicidad de las policías, los caudillos políticos territoriales, los jueces y los fiscales. A nosotros nos preocupa la seguridad. ¡Cómo no nos va a preocupar si las víctimas son nuestros hijos! Pero la seguridad tiene nombre y apellido. Mejor dicho, el delito tiene causas. El Estado, los caudillos políticos, la dirigencia política y las fuerzas de seguridad saben muy bien dónde están las mil pistas de aterrizaje de la droga que aterriza en sus propios campos. Las policías provinciales, como la federal y también la gendarmería, saben muy bien dónde están los desarmaderos de coches, compañeros. Los desarmaderos no se pueden esconder en el sótano de una casa. Todos saben dónde se venden los repuestos de esos coches que nos roban. Todos saben que con trescientos o cuatrocientos pesos agarran a estos pibes y los lanzan a robar coches o casas. O los sacan de la prisión y cuando los pibes se resisten aparecen con una bala en la cabeza. El crimen organizado es el gran flagelo de la Argentina. ¿Cuándo empezó el narcotráfico en la Argentina? ¡Eduardo Duhalde, eras el delegado de la DEA en aquellos tiempos!
Nosotros decimos que el problema de la Argentina se resuelve relanzando productivamente el país. La punta de lanza deben ser la reconstrucción de las grandes empresas públicas, las fábricas de fábricas que son los astilleros, los ferrocarriles, la siderurgia, los hidrocarburos, la aeronáutica. No sólo vamos a generar cientos de miles de empleos estables, sino que en esos complejos se va a multiplicar la demanda de las ingenierías y capacidades técnicas para generar tecnología nacional. Queremos que nuestros chicos puedan especializarse en las carreras de punta de nuestras universidades.
La cuarta causa grande de Proyecto Sur es promover una gran revolución en la seguridad social, en la educación y en la salud. Queremos volver a la doble escolaridad, y que nuestros muchachos y chicas pasen el día en la escuela para aprender todas las capacidades que hoy exige la revolución científica, la técnica, el mercado, lo que quieran. Para eso hay que invertir mucho en la estructura educacional, para tener los establecimientos que puedan dar lugar a este cambio en la enseñanza. Dignificar a los profesores y maestros para que puedan vivir del empleo único de la enseñanza y puedan seguir capacitándose. En tiempos de crisis moral, de degradación, de pérdida de solidaridad, las escuelas y las universidades no sólo deben ser fábricas de técnicos. Deben ser espacios donde nuestros hijos se formen como ciudadanos para la democracia, donde accedan a una mirada crítica y transformadora del mundo, donde puedan formarse en el humanismo y en la ética pública.
Debemos volver a las ideas de Ramón Carrillo y hacer una fuerte inversión en la estructura hospitalaria. Reparar a la clase pasiva es hacer efectivo el 82% móvil, y que el ANSES, como el INDEC, sean organismos absolutamente autónomos en los que nadie pueda meter la mano para adulterar las cifras o para usar el dinero con otros fines.
Reparar a la juventud significa realizar un sistema de becas para que aquellos que no pudieron estudiar vuelvan a capacitarse. Sistemas de becas de reinserción en la capacitación. Esto significa también la reparación histórica de los Pueblos Originarios que todavía están esperando que se cumpla el artículo de la Constitución que les otorga el legítimo derecho de ser titulares de las tierras que secularmente les ocuparon. La reparación histórica significa dignidad, trabajo y compensación para nuestros héroes de Malvinas.
La quinta causa tiene que ver con la democratización de la democracia. No podremos “desratizar” esta sociedad mafiosa sin una batalla cultural activa que desarrolle una gran energía y un gran debate cultural y políticas activas; no sólo para combatir el delito, sino para articular una reforma de la Justicia que multiplique los juzgados, los jueces y los fiscales. Ningún juez puede leer o estudiar dos mil o tres mil causas por año. Democratizar la democracia significa democratizar el parlamento para que sea de puertas abiertas, para que haya un canal de televisión que registre todos los debates de comisiones o del plenario, como sucede en Brasil. Significa democratizar el sistema electoral, los partidos políticos, los sindicatos. Pero significa también, compañeros, defender el derecho a la libre elección. La libertad sindical, compañeros.
Pero democratizar la democracia, como todas las otras grandes causas, no es tarea de dos, tres, ni cuatro años. Tengamos conciencia. Reconstruir treinta o cuarenta mil kilómetros de vías no se hace en tres o cuatro años. Construir treinta o cuarenta barcos tampoco. Son políticas estratégicas que deben ser tomadas por las manos de un fuerte movimiento que las defienda. Porque nos va a llevar varios años ponerlas en práctica y defenderlas con movilizaciones en la calle con la organización de los trabajadores, de los vecinos y de los movimientos sociales, compañeros.
Transformar la Argentina significa empezar a transformarnos cada uno de nosotros. Sí, venimos pegoteados por la tela de araña del “sálvese quien pueda”, del tomar ventaja. Debemos defendernos frente a la incerteza, frente al desamparo. Entonces, compañeros, hay que empezar a hacer militancia activa en cada uno de nosotros. Esto significa empezar a fundar una nueva ética, compañeros. Proyecto Sur se plantea levantar la bandera de la Ética Pública. La Ética Pública quiere decir que lo que es de todos, que ha costado muchos sacrificios a nuestros viejos y abuelos, lo debemos cuidar y defender entre todos. Que tocar lo que es de todos, y hacer negocios privados con lo que es de todos y público es un delito infamante, una gran traición a la Patria. Ética significa también desarrollar la conciencia en nuestra muchachada y en todos nosotros, la conciencia del patrimonio que nos pertenece por ser argentinos. Cada uno de los cuarenta millones de habitantes es un copropietario de este gran consorcio de cuarenta millones de accionistas que es el país. Cada uno es copropietario de los millones de hectáreas fiscales, de la plataforma continental, del subsuelo, de los cientos de edificios, hospitales, escuelas, puertos, aeropuertos. Esta conciencia es importante tenerla porque nadie puede defender lo que no sabe que le pertenece y mucho menos cuando desconoce el valor de lo que le pertenece, el valor monumental de los minerales que se llevan, de la pesca que se llevan.
Compañeros: termino retomando lo que dije al comienzo. El tiempo histórico está corriendo y el reloj está yendo al triple de velocidad que antes. Los tiempos históricos se aceleran como cuando se calienta el agua y finalmente rebasa. Nos quedan dos años. El pueblo, en todo el país, está esperando el cambio, lo pide. Está esperando que surja una fuerza con hombres y mujeres que le merezcan confianza, que los conozcan porque los vieron luchar en el barrio, en la fábrica, en la escuela, en el hospital. Lo que nos falta, compañeros, es organizarnos. Lo que nos falta es cambiar el dial, cambiar el canal que tenemos dentro, corrernos del canal del “no se puede” y pasarnos al canal de empezar a convencernos que podemos ganar en 2011. Pero muchachos, atención. Se puede ganar a condición de varias cosas. A condición de organizarnos para garantizar la seguridad de la batalla central que es la batalla del comicio. Debemos asegurar que no nos roben los votos o las urnas. Se puede ganar a condición de que construyamos varias personerías políticas, varias personerías electorales para enfrentar cualquiera de las trampas que nos quieren hacer con la reforma electoral. Quiero decir que las condiciones para ganar están, pero también que el triunfo no viene a la puerta de casa. Hay que salir, comenzar a atravesar la noche para construir ese triunfo, compañeros. Construir ese triunfo es construir la personería electoral en todos los distritos. Construir ese triunfo es preparar un ejército de fiscales, es pintar en todos los lugares que se pueda. Pintar y decir que ahí está Proyecto Sur, porque se puede transformar la Argentina.
| Preparar el triunfo, compañeros, es prepararse para gobernar. No basta con cantar, ni con ganar ni con festejar la victoria. Para derrotar al bipartidismo debemos preparar desde ahora el poder que lo va a reemplazar el día después de la victoria. Eso significa que desde ahora los compañeros y los militantes y todas las buenas voluntades y los vecinos y los compañeros, profesionales y técnicos que tienen ideas, comiencen a aportarlas porque hay que empezar a preparar las respuestas y las soluciones que vamos a dar a cada problema concreto de cada ciudad, de cada pueblo, de cada provincia y del país. Hagamos el esfuerzo de cambiar el dial de la tele interna para empezar a ver el largo, trabajoso y paciente camino que es desde ahora empezar a preparar la victoria. Con proyectos, con una gran masa de militantes, amigos y simpatizantes capaces de garantizar el comicio y de preparar las soluciones, de pensar y repensar el territorio, de repensar el distrito. Debemos proponer soluciones; las buenas solo serán aquellas que sean las menos costosas para nuestro pueblo, las más humanas, las más sensatas.
Queridos compañeros, estoy convencido de que tenemos todo. Falta vencer al enemigo interno que tenemos, a ese enemigo de la derrota, ese que está deprimido y resignado y dice: “sí, qué buenas palabras estas de Pino, pero ¿vos crees que podremos? ¿Vos crees que nos dejarán?” ¡Basta muchachos! ¡A tirarlo por la ventana al enemigo interno porque la Patria espera, compañeros!
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viernes, 30 de octubre de 2009
Defensa del Atlántico Sur: discurso de Pino
En un acto organizado por el Instituto de Proyecto Sur (IPPS) y la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), el día martes 20 de octubre se presentó en la sede de la misma universidad el Foro en Defensa del Atlántico Sur y las Islas Malvinas. Estuvieron presentes el Diputado electo por Proyecto Sur 'Pino' Solanas, el General Jorge Leal (RE) -el primero que llegó al Polo Sur por vía terrestre-, Félix Herrero (Director IPPS), el ex gobernador de Santa Cruz Sergio Acevedo y Mario Cafiero.
A continuación presentamos el texto completo del discurso de Pino Solanas:
"ARGENTINA ESTÁ OCUPADA"
Mi primer saludo es para la casa anfitriona de la Universidad y sus autoridades.
Hoy ponemos en movimiento debates que tienen que ver con el interés nacional. Tienen que ver con los recursos naturales, con los recursos territoriales, tienen que ver con los recursos técnicos y científicos. Nuestro principal recurso que es el mar. Está en peligro.
No es casual que esta noche comencemos prendiendo la luz, o ayudando a que brille con más intensidad esta pequeña antorcha que algunos grandes argentinos han venido encendiendo en estas décadas. Le agradezco, como argentino, al General Leal, este extraordinario patriota heredero de las mejores tradiciones sanmartinianas.
Tuvimos la campaña de la independencia. Cien años después, o un poco más adelante, tuvimos la campaña por la captura de nuestros hidrocarburos y por la industrialización: tuvimos a Enrique Mosconi. Décadas después, floreció el gran lanzamiento industrial, técnico, científico y social de la Argentina con otro general, Juan Perón. El primero que en el mundo coloca la idea y el reclamo de la plataforma marítima.
Usted, General Leal, es continuador de esa tradición independentista de defensa de nuestros territorios, pero con grandeza latinoamericana. Emociona oírlo a Don Jorge Leal argumentar con tanta vehemencia que la Antártida debe ser latinoamericana. ¡Qué propuesta llena de generosidad! Para contestar a esa larguísima desunión del continente, que por sus riquezas dejó operar a los imperios para dividirnos y enfrentarnos. Pero hoy soplan otros vientos. Quizás, que yo recuerde, en estos cincuenta años no se ha dado un momento tan favorable para materializar el sueño sanmartiniano-bolivariano de la Patria Grande.
Nunca como hoy hemos visto la coincidencia de tantos gobiernos y tantos avances en tan poco tiempo para construir la Unión de Naciones del Sur, el Banco del Sur y muchos otros proyectos que, aunque van lentamente, ya están planteados: el ferrocarril del sur, la integración energética, la integración de las comunicaciones, proyectos de investigación científico-técnico. Somos una gran Nación inacabada, se nos dijo muchas veces.
Quizás nuestra generación pueda retomar las banderas y avanzar un poco más en el fortalecimiento de esta Nación, de esta Unión de repúblicas y de naciones que es UNASUR. Realidad que no nace por la voluntad de los imperios. Que no nace en un mundo sin conflictos. Que no nace en un mundo bueno donde todos nos ayudamos. Nace en una era atroz. En una era inaugurada en 1945 con el terrorismo nuclear. En una era donde el tema ya no es el garrote vil: es la amenaza nuclear, es el desembarco de guerras preventivas. Es decir, un atropello a lo construido por el Derecho Internacional y las Naciones Unidas en aras de una utopía, de reglas de juego que permitieran desarrollarse en paz a la diversidad de las naciones, que permitieran la convivencia entre los distintos procesos civilizatorios.
Lamentablemente, las aventuras militares que sufrió Argentina en el pasado reciente debilitaron la conciencia y el debate nacional acerca de su política de defensa. Las fuerzas armadas fueron vistas sólo como un ejército de represión interna; como un ejército que había desertado de la consigna sanmartiniana que dice que jamás mi espada se va a desenvainar y hacer correr sangre argentina. Sin embargo, ninguna nación puede vivir sin preparar sus proyectos defensivos. Ningún gran continente como éste, que guarda la cuarta reserva mineral del planeta, que guarda colosales reservas de hidrocarburos y posibilidades de producción de alimentos como para alimentar a buena parte de la humanidad, puede no defenderse. Como si fuera poco, el espléndido documental que acabamos de ver nos recuerda que en la Antártida está el 80 % de las reservas de agua potable de un planeta sediento. ¡Argentina está indefensa! Es lamentable que los gobiernos que se han sucedido hayan abandonado toda política de defensa. Oficialmente no existen hipótesis de conflicto, pero estamos amenazados por una gran potencia como es Inglaterra. Y ahora esa potencia dice: somos la NATO (Organización del Tratado del Atlántico Norte (Alianza militar E.U.A.-U.E.), somos la Unión Europea. En Malvinas acaba de desembarcar, hace pocos meses, una flota de aviones británicos de última generación con sistemas de radares especiales.
En América Latina, el sueño bolivariano de unidad latinoamericana está soportando hoy la presencia de bases extranjeras. Esto merece todo nuestro repudio. Argentina no puede seguir de rodillas frente a la expansión británica. Un ejemplo notorio de esto es la cancillería argentina. ¡Da vergüenza! Con seis millones de kilómetros cuadrados en disputa no tiene un instituto de investigación, ni de estudios del Atlántico sur y de la Antártida. Está siempre a la defensiva y en retaguardia. Todavía tienen vigencia esos dos bochornosos tratados firmados de rodillas por Carlos Menem en octubre de 1989 en Madrid, y en febrero de 1990 en Río de Janeiro. Tratados por los cuales, Argentina debe rendir cuentas hasta de los movimientos de tropas que realiza en su territorio. Argentina necesita afianzar su soberanía y defender lo que le pertenece. Ya en el año 1975, la Universidad de Birmingham decía de la cuenca petrolera de Malvinas que tenía reservas cuatro veces mayores que las del Mar del Norte. Poco tiempo después, un barco de la CIA norteamericana, el Explorer, navegaba por los mares del sur y terminaba diciendo que las reservas no eran cuatro veces mayores, ¡lo eran nueve veces! Todo esto pasaba en los años 75 y 76, en los prolegómenos de la confrontación de Malvinas.
Al sur de las Islas Malvinas está el famoso banco de Bur-Wood. Diez mil kilómetros cuadrados sumergidos a no mucha profundidad en una reserva monumental. Hoy están los que hablan de Lula. El ejemplo es Lula y bien que lo es. El ejemplo de Lula es la presencia irrestricta en su territorio y en su mar, y la búsqueda permanente de recursos hidrocarburíferos. Hoy en día Petrobras es una de las seis grandes petroleras del mundo y acaba de encontrar reservas colosales en la plataforma continental. Argentina, también las tiene. Pero Argentina es un país ocupado, hay que reconocerlo de una vez por todas. ¿Qué significa aquí el capital inglés-norteamericano de la British Petrolium? Cuya mitad le pertenece a varios bancos, a la Morgan y a Rockefeller, que son los dueños de Cerro Dragón, la primera reserva petrolera argentina, la de los petróleos de mayor calidad. ¿Que ha hecho el gobierno de Kirchner al respecto? Facilitar treinta años más de prórroga, ha hipotecado el petróleo de nuestros hijos y nietos no, sólo en Cerro Dragón, sino en todo el país. ¿Qué hizo el socio de Cristina en la fórmula del 2007, al que todavía tiene de vicepresidente? ¿Qué hizo Cobos como gobernador de Mendoza? Rápidamente, prorrogó por treinta años las doce áreas petroleras de Mendoza. Estamos ocupados por las corporaciones extranjeras. Convengamos, General, que usted se pregunta: ¿será por las reservas que estamos desunidos? Estamos semidesnudos, pero en la Argentina estamos ocupados porque lo que define hoy la política nacional y antinacional en América latina no es la discusión sobre el sistema político, no es el tema de la corrupción, no son los temas de miseria. Lo que define hoy la política nacional de avanzada con auténtico carácter progresivo es la disputa por lo que hasta hoy, por lo menos en Argentina y en buena parte de América, sigue siendo dominio de los intereses coloniales.
Los recursos naturales son los recursos genuinos con los que los pueblos pueden enfrentar su desarrollo y bienestar, y en la Argentina son extraídos sin ningún control público. Son extraídos a simple declaración jurada de las corporaciones. Es más, éstas gozan de la libre disponibilidad de las divisas, de la libre disponibilidad de recursos. Ahí están, salen directamente de la Patagonia por barco. Las petroleras se quedan con el 70% de las divisas afuera y las mineras se quedan con el 100% de las divisas de lo que ellas dicen que se llevan; y solo liquidan por oro, plata y cobre, pero se llevan uranio, tungsteno, etc., metales como el molibdeno, muchas veces más valiosos que el oro. Se llevan sesenta y tantos metales gratis. Yo me pregunto, General, hasta cuándo vamos a esperar para lanzar procesos penales contra la Presidencia de la Nación, que es responsable del resguardo de nuestros recursos patrimoniales. Deben ser procesados por incumplimiento de sus deberes en defensa del patrimonio y los bienes nacionales.
Hay que dar un paso entonces, compañeros. Argentina tiene que defenderse. Argentina tiene que recuperar no solo las Malvinas, no sólo el extraordinario y gigantesco territorio que bien llaman los amigos la “Pampa Sumergida”, que es una riqueza colosal alimenticia de minerales, de hidratantes, de hidrocarburos y de agua. Uno debe defenderse de la invasión extranjera también en su territorio. De la cordillera de los Andes salen aviones cargados con metales. Menem y Frei firmaron en el 97 el Tratado de Complementación minero argentino-chileno. Inventaron algo inédito en la historia política contemporánea. Inventaron un tercer territorio, que no es ni chileno ni argentino, y está cedido a las corporaciones. Ese tercer territorio ocupa todo el largo de la cordillera de los Andes, más de tres mil kilómetros por una franja de ancho de entre setenta y ciento cincuenta kilómetros. Tienen aduana propia. Cortan las rutas, uno no puede acceder. Los caminos provinciales están cortados. Tienen fuerzas de seguridad propias, aeropuertos propios... Seguramente éste será el tema de nuestro segundo debate: prender la luz sobre esta ocupación de territorio argentino-chileno por las corporaciones.
Termino diciendo: no solamente tenemos que reconstruir una política de recuperación y defensa del Atlántico Sur que sea continuidad de esta generosa proposición que nos hace el General Leal de unirnos con nuestros hermanos latinoamericanos. Tenemos que dar esta ofrenda a la Unidad Latinoamericana. Reemplazar la política de las mezquindades y de las rivalidades de las burguesías u oligarquías vernáculas que nos dividieron, por una real política de hermandad, de solidaridad y de autodefensa.
¡Tenemos enemigos externos e internos! ¡No podemos estar desarmados! Nosotros nos proponemos reconstruir la conciencia de la defensa nacional, que pasa por la recuperación de los recursos y por la defensa de nuestros territorios. Obraremos con la ley, con la palabra, con la justicia, pero no seremos ingenuos y no estaremos desarmados esperando que ocupen nuestras tierras, que ocupen nuestros mares.
Tenemos que reconstruirnos. Es lo que hace Lula. Consigue petróleo y reconstruye sus autodefensas. Hoy existen bases extranjeras. Ahí están las siete bases que van a instalarse en Colombia. Ahí está la base de inteligencia y comunicaciones en la Triple Frontera, una base norteamericana. Y está la base de la NATO, con esa superfortaleza en Malvinas. Además, en la cordillera ya hay denuncias. En los territorios de las corporaciones mineras, que son todas inglesas, norteamericanas y canadienses, hay también bases de información satelital. Termino aquí, haciendo una invocación a trabajar más unidos que nunca por esta gran causa nacional que es la defensa y recuperación del Atlántico Sur, de Malvinas, de la Antártida, y por la unidad inquebrantable de América latina. Muchas Gracias. Leer más...
A continuación presentamos el texto completo del discurso de Pino Solanas:
"ARGENTINA ESTÁ OCUPADA"
Mi primer saludo es para la casa anfitriona de la Universidad y sus autoridades.
Hoy ponemos en movimiento debates que tienen que ver con el interés nacional. Tienen que ver con los recursos naturales, con los recursos territoriales, tienen que ver con los recursos técnicos y científicos. Nuestro principal recurso que es el mar. Está en peligro.
No es casual que esta noche comencemos prendiendo la luz, o ayudando a que brille con más intensidad esta pequeña antorcha que algunos grandes argentinos han venido encendiendo en estas décadas. Le agradezco, como argentino, al General Leal, este extraordinario patriota heredero de las mejores tradiciones sanmartinianas.
Tuvimos la campaña de la independencia. Cien años después, o un poco más adelante, tuvimos la campaña por la captura de nuestros hidrocarburos y por la industrialización: tuvimos a Enrique Mosconi. Décadas después, floreció el gran lanzamiento industrial, técnico, científico y social de la Argentina con otro general, Juan Perón. El primero que en el mundo coloca la idea y el reclamo de la plataforma marítima.
Usted, General Leal, es continuador de esa tradición independentista de defensa de nuestros territorios, pero con grandeza latinoamericana. Emociona oírlo a Don Jorge Leal argumentar con tanta vehemencia que la Antártida debe ser latinoamericana. ¡Qué propuesta llena de generosidad! Para contestar a esa larguísima desunión del continente, que por sus riquezas dejó operar a los imperios para dividirnos y enfrentarnos. Pero hoy soplan otros vientos. Quizás, que yo recuerde, en estos cincuenta años no se ha dado un momento tan favorable para materializar el sueño sanmartiniano-bolivariano de la Patria Grande.
Nunca como hoy hemos visto la coincidencia de tantos gobiernos y tantos avances en tan poco tiempo para construir la Unión de Naciones del Sur, el Banco del Sur y muchos otros proyectos que, aunque van lentamente, ya están planteados: el ferrocarril del sur, la integración energética, la integración de las comunicaciones, proyectos de investigación científico-técnico. Somos una gran Nación inacabada, se nos dijo muchas veces.
Quizás nuestra generación pueda retomar las banderas y avanzar un poco más en el fortalecimiento de esta Nación, de esta Unión de repúblicas y de naciones que es UNASUR. Realidad que no nace por la voluntad de los imperios. Que no nace en un mundo sin conflictos. Que no nace en un mundo bueno donde todos nos ayudamos. Nace en una era atroz. En una era inaugurada en 1945 con el terrorismo nuclear. En una era donde el tema ya no es el garrote vil: es la amenaza nuclear, es el desembarco de guerras preventivas. Es decir, un atropello a lo construido por el Derecho Internacional y las Naciones Unidas en aras de una utopía, de reglas de juego que permitieran desarrollarse en paz a la diversidad de las naciones, que permitieran la convivencia entre los distintos procesos civilizatorios.
Lamentablemente, las aventuras militares que sufrió Argentina en el pasado reciente debilitaron la conciencia y el debate nacional acerca de su política de defensa. Las fuerzas armadas fueron vistas sólo como un ejército de represión interna; como un ejército que había desertado de la consigna sanmartiniana que dice que jamás mi espada se va a desenvainar y hacer correr sangre argentina. Sin embargo, ninguna nación puede vivir sin preparar sus proyectos defensivos. Ningún gran continente como éste, que guarda la cuarta reserva mineral del planeta, que guarda colosales reservas de hidrocarburos y posibilidades de producción de alimentos como para alimentar a buena parte de la humanidad, puede no defenderse. Como si fuera poco, el espléndido documental que acabamos de ver nos recuerda que en la Antártida está el 80 % de las reservas de agua potable de un planeta sediento. ¡Argentina está indefensa! Es lamentable que los gobiernos que se han sucedido hayan abandonado toda política de defensa. Oficialmente no existen hipótesis de conflicto, pero estamos amenazados por una gran potencia como es Inglaterra. Y ahora esa potencia dice: somos la NATO (Organización del Tratado del Atlántico Norte (Alianza militar E.U.A.-U.E.), somos la Unión Europea. En Malvinas acaba de desembarcar, hace pocos meses, una flota de aviones británicos de última generación con sistemas de radares especiales.
En América Latina, el sueño bolivariano de unidad latinoamericana está soportando hoy la presencia de bases extranjeras. Esto merece todo nuestro repudio. Argentina no puede seguir de rodillas frente a la expansión británica. Un ejemplo notorio de esto es la cancillería argentina. ¡Da vergüenza! Con seis millones de kilómetros cuadrados en disputa no tiene un instituto de investigación, ni de estudios del Atlántico sur y de la Antártida. Está siempre a la defensiva y en retaguardia. Todavía tienen vigencia esos dos bochornosos tratados firmados de rodillas por Carlos Menem en octubre de 1989 en Madrid, y en febrero de 1990 en Río de Janeiro. Tratados por los cuales, Argentina debe rendir cuentas hasta de los movimientos de tropas que realiza en su territorio. Argentina necesita afianzar su soberanía y defender lo que le pertenece. Ya en el año 1975, la Universidad de Birmingham decía de la cuenca petrolera de Malvinas que tenía reservas cuatro veces mayores que las del Mar del Norte. Poco tiempo después, un barco de la CIA norteamericana, el Explorer, navegaba por los mares del sur y terminaba diciendo que las reservas no eran cuatro veces mayores, ¡lo eran nueve veces! Todo esto pasaba en los años 75 y 76, en los prolegómenos de la confrontación de Malvinas.
Al sur de las Islas Malvinas está el famoso banco de Bur-Wood. Diez mil kilómetros cuadrados sumergidos a no mucha profundidad en una reserva monumental. Hoy están los que hablan de Lula. El ejemplo es Lula y bien que lo es. El ejemplo de Lula es la presencia irrestricta en su territorio y en su mar, y la búsqueda permanente de recursos hidrocarburíferos. Hoy en día Petrobras es una de las seis grandes petroleras del mundo y acaba de encontrar reservas colosales en la plataforma continental. Argentina, también las tiene. Pero Argentina es un país ocupado, hay que reconocerlo de una vez por todas. ¿Qué significa aquí el capital inglés-norteamericano de la British Petrolium? Cuya mitad le pertenece a varios bancos, a la Morgan y a Rockefeller, que son los dueños de Cerro Dragón, la primera reserva petrolera argentina, la de los petróleos de mayor calidad. ¿Que ha hecho el gobierno de Kirchner al respecto? Facilitar treinta años más de prórroga, ha hipotecado el petróleo de nuestros hijos y nietos no, sólo en Cerro Dragón, sino en todo el país. ¿Qué hizo el socio de Cristina en la fórmula del 2007, al que todavía tiene de vicepresidente? ¿Qué hizo Cobos como gobernador de Mendoza? Rápidamente, prorrogó por treinta años las doce áreas petroleras de Mendoza. Estamos ocupados por las corporaciones extranjeras. Convengamos, General, que usted se pregunta: ¿será por las reservas que estamos desunidos? Estamos semidesnudos, pero en la Argentina estamos ocupados porque lo que define hoy la política nacional y antinacional en América latina no es la discusión sobre el sistema político, no es el tema de la corrupción, no son los temas de miseria. Lo que define hoy la política nacional de avanzada con auténtico carácter progresivo es la disputa por lo que hasta hoy, por lo menos en Argentina y en buena parte de América, sigue siendo dominio de los intereses coloniales.
Los recursos naturales son los recursos genuinos con los que los pueblos pueden enfrentar su desarrollo y bienestar, y en la Argentina son extraídos sin ningún control público. Son extraídos a simple declaración jurada de las corporaciones. Es más, éstas gozan de la libre disponibilidad de las divisas, de la libre disponibilidad de recursos. Ahí están, salen directamente de la Patagonia por barco. Las petroleras se quedan con el 70% de las divisas afuera y las mineras se quedan con el 100% de las divisas de lo que ellas dicen que se llevan; y solo liquidan por oro, plata y cobre, pero se llevan uranio, tungsteno, etc., metales como el molibdeno, muchas veces más valiosos que el oro. Se llevan sesenta y tantos metales gratis. Yo me pregunto, General, hasta cuándo vamos a esperar para lanzar procesos penales contra la Presidencia de la Nación, que es responsable del resguardo de nuestros recursos patrimoniales. Deben ser procesados por incumplimiento de sus deberes en defensa del patrimonio y los bienes nacionales.
Hay que dar un paso entonces, compañeros. Argentina tiene que defenderse. Argentina tiene que recuperar no solo las Malvinas, no sólo el extraordinario y gigantesco territorio que bien llaman los amigos la “Pampa Sumergida”, que es una riqueza colosal alimenticia de minerales, de hidratantes, de hidrocarburos y de agua. Uno debe defenderse de la invasión extranjera también en su territorio. De la cordillera de los Andes salen aviones cargados con metales. Menem y Frei firmaron en el 97 el Tratado de Complementación minero argentino-chileno. Inventaron algo inédito en la historia política contemporánea. Inventaron un tercer territorio, que no es ni chileno ni argentino, y está cedido a las corporaciones. Ese tercer territorio ocupa todo el largo de la cordillera de los Andes, más de tres mil kilómetros por una franja de ancho de entre setenta y ciento cincuenta kilómetros. Tienen aduana propia. Cortan las rutas, uno no puede acceder. Los caminos provinciales están cortados. Tienen fuerzas de seguridad propias, aeropuertos propios... Seguramente éste será el tema de nuestro segundo debate: prender la luz sobre esta ocupación de territorio argentino-chileno por las corporaciones.
Termino diciendo: no solamente tenemos que reconstruir una política de recuperación y defensa del Atlántico Sur que sea continuidad de esta generosa proposición que nos hace el General Leal de unirnos con nuestros hermanos latinoamericanos. Tenemos que dar esta ofrenda a la Unidad Latinoamericana. Reemplazar la política de las mezquindades y de las rivalidades de las burguesías u oligarquías vernáculas que nos dividieron, por una real política de hermandad, de solidaridad y de autodefensa.
¡Tenemos enemigos externos e internos! ¡No podemos estar desarmados! Nosotros nos proponemos reconstruir la conciencia de la defensa nacional, que pasa por la recuperación de los recursos y por la defensa de nuestros territorios. Obraremos con la ley, con la palabra, con la justicia, pero no seremos ingenuos y no estaremos desarmados esperando que ocupen nuestras tierras, que ocupen nuestros mares.
Tenemos que reconstruirnos. Es lo que hace Lula. Consigue petróleo y reconstruye sus autodefensas. Hoy existen bases extranjeras. Ahí están las siete bases que van a instalarse en Colombia. Ahí está la base de inteligencia y comunicaciones en la Triple Frontera, una base norteamericana. Y está la base de la NATO, con esa superfortaleza en Malvinas. Además, en la cordillera ya hay denuncias. En los territorios de las corporaciones mineras, que son todas inglesas, norteamericanas y canadienses, hay también bases de información satelital. Termino aquí, haciendo una invocación a trabajar más unidos que nunca por esta gran causa nacional que es la defensa y recuperación del Atlántico Sur, de Malvinas, de la Antártida, y por la unidad inquebrantable de América latina. Muchas Gracias. Leer más...
lunes, 19 de octubre de 2009
Acto del Movimiento Proyecto Sur el 17 de Octubre
Con el objetivo de lanzar a Proyecto Sur en la Provincia de Buenos Aires, el diputado nacional electo por la Ciudad de Buenos Aires, Fernando “Pino” Solanas, se presentó el sábado 17 de octubre en La Plata.
Estuvieron presentes, entre otros dirigentes, Luis Brunati, Mario Mazzitelli, Elido Veschi, Marcos Palma, Silvia Baffigi, Adolfo Luna del PSA, Daniel De Santis de Unión del Pueblo y Bruno Martino de la juventud de Proyecto Sur.
A continuación, transcribimos el texto completo del discurso de Pino:
Compañeros y compañeras:
No es casual celebrar el 17 de octubre aquí, en La Plata, cerca de Berisso, de Ensenada, de lo que fue cuna de esa gesta que es, como bien se dijo antes, una página de la historia que trasciende la etiqueta partidaria. Fue la irrupción. La decisión de las masas trabajadoras de cruzar el Riachuelo, de romper las vallas y ocupar la Plaza de Mayo; de colocar “las patas en la fuente” como símbolo mayor. Desde ese momento los trabajadores iban a disputar la Argentina. Aquel año 45, que hace emerger a sus líderes, a Perón y a Evita, era la resultante de un pueblo que venía golpeado. Era la resultante de luchas y resistencias. Era el punto de encuentro de ciudadanos y trabajadores que venían de otras militancias y de otras tradiciones políticas y culturales. No existía el peronismo.
En aquella jornada histórica muchos venían de la Unión Cívica Radical contra la traición alvearista. Eran los que desertaban de otras causas políticas, incluso los que venían del campo y habían estado acompañando a sus patronales, que les sacaban las libretas para votar. El 17 de octubre es también el punto de encuentro de una nueva identidad política que comienza a dar nacimiento a ese dirigente, esa pareja extraordinaria que va a debutar en la Argentina con tres medidas que, vistas a la distancia y sesenta años después, parecen impensables: la nacionalización del Banco Central, la nacionalización de los depósitos bancarios, y la nacionalización del Comercio Exterior.
Yo quiero dedicarle estas palabras a los muchos trabajadores que hay aquí, y en especial a lo mejor que tenemos, que son los jóvenes. A esta juventud que junto con los jubilados fueron las víctimas de los experimentos económicos de los años 90. A esta juventud a la que el país le debe una reparación histórica para que vuelva a insertarse en la capacitación y en el trabajo. A ellos me estoy dirigiendo, porque estamos trayendo un recuerdo de aquella historia. No se puede construir, ni reconstruir la Argentina, si no tenemos presente todo lo que tenemos detrás. Una historia que no comienza el 17 de octubre: es consecuencia de 150 años y hoy de 200 años de decisión por vencer, de decisión por realizar una identidad naciente que es la identidad argentina.
A lo largo de estos 200 años, muchachos, el conflicto siempre se dio entre los que decían que no nos podíamos independizar ni desarrollarnos sin la ayuda del capital o la técnica extranjera; del otro lado estaban los que fueron tildados de locos, de utópicos, de románticos. Los que decían que para ser libres teníamos que apoyarnos en nuestras propias fuerzas y administrar con sabiduría los recursos que tenemos.
Fíjense que los tres momentos más importantes de industrialización de la Argentina se dieron sin apoyo del crédito externo. Ahí está Irigoyen, creando YPF. Ahí está Perón, que en dos años de gobierno había nacionalizado los servicios públicos, hacía volar el primer avión a reacción del hemisferio sur y construía la séptima flota mercante del mundo. Los ferrocarriles alcanzarían 52000 kilómetros. Digo estas cosas y vuelvo a que no es casual que festejemos el 17 de octubre aquí en La Plata, como lo decía Elido Veschi. Acá es el punto de encuentro de los gremios del riel, de los gremios navales, de los gremios de los hidrocarburos, junto con una de las materias grises más importantes del país, esta extraordinaria Universidad de La Plata, que vio nacer la escuela físico-matemática argentina. A todos ellos, de los miles de técnicos, a los miles de anónimos trabajadores, de profesores, de maestros que pusieron lo mejor de cada uno, cuidando sus obras, sus piezas, sus máquinas, sus investigaciones como si fueran creaciones artísticas…
A todos ellos les debemos la Argentina, a todos ellos les debemos una respuesta porque lo que ha fracasado no es la causa independentista, la causa de la Justicia Social, la causa de la Soberanía Popular, que ya está presente en la epopeya naciente de la patria, las invasiones inglesas, o en la gesta de la independencia. Aquello no ha fracasado. Son las banderas estratégicas de la Argentina las que han sufrido derrotas, pero todavía están altas. Están altas para que las enarbolemos definitivamente y podamos convencer a la mayoría de los argentinos en este momento de vaciamiento político, en este momento de descreimiento, de escepticismo… Porque hoy, muchachos, porque hoy, chicas, hoy más que nunca es posible encender los motores internos de cada uno para llevar nuestras banderas al triunfo.
El mayor veneno que nos han inculcado es el virus neoliberal. Fue el decirnos que no se podía, que el cambio no era posible. Toda nuestra energía y nuestra inteligencia deben colocarse hoy y demostrar, como lo estamos haciendo, que el cambio es posible y Argentina puede transformar este lamentable Estado que tiene a un tercio de la población en la pobreza. Que tiene el 55% de sus trabajadores en negro, para que me escuche algún alma kirchnerista que puede haber por ahí. Esta gente disfrazada de peronista debe cargar con el bochorno de tener a más de la mitad de los trabajadores en negro. Deberían avergonzarse estos nuevos “travestis”, como tantos otros que ya hemos tenido infiltrados en el Movimiento Nacional.
Hoy estamos convocando a una nueva patriada. Convocamos para el triunfo. El mayor enemigo que tenemos es que todavía no creemos que el triunfo está cerquita, muchísimo más cerca de lo que creemos. Todavía nos pesa el “no se puede”. Es como si viéramos que el tren entra en la estación y no nos diéramos cuenta de que está ahí para que lo tomemos nosotros… A ese tren que pone en marcha nuestra historia. No nos damos cuenta de que tenemos que ponernos de pie y empezar a correr para subirnos al tren porque se nos va, compañeros. Vivimos un momento único de la historia de las últimas décadas, aquí y en todo el continente. Los que ya tenemos algunos años nunca vimos un momento tan excepcional en América latina como éste. Es este el momento de subirse al tren.
En la Ciudad de Buenos Aires las operatorias mediáticas y de inteligencia del Gobierno y del poder nos ningunearon durante todo el verano. ¡Ni las gacetillas nos publicaban! ¿Qué fue lo que pasó? ¿Fue un milagro? No, compañeros. Lo que pasó es que una parte importante del pueblo argentino y de la Ciudad de Buenos Aires estaba acampada a la vera del camino, esperando que viniera el tren o la propuesta, y había estado votando opciones una peor que la otra, ¡entre Frankestein y Drácula!, o la deserción del voto en blanco. Todavía hay un 30% que no vota. ¿Que pasó en la Ciudad de Buenos Aires, que estaba perdida? Los analistas decían que se había girado a la derecha y que eso era incurable. Lo que pasó fue que ese pueblo aparentemente dormido, o que antes votó el mal menor, se encontró con una propuesta que explicaba qué diablos nos había pasado. Que explicaba el robo. Que explicaba las enormes posibilidades de un cambio rápido que tiene la Argentina si cambiamos de política. Notros explicamos y colocamos por primera vez en la agenda política temas que no se trataban.
Fuimos la única fuerza que dijo que si recuperamos el petróleo y el gas para la Nación vamos a tener una renta monumental que supera los 20000 millones de dólares, con lo cual se puede acabar con la indigencia y la pobreza en el corto plazo, con lo que se pueden reconstruir el sistema ferroviario, la flota mercante, la petrolera nacional, la aeronáutica, las industrias básicas que generan cientos de fábricas subsidiarias que posibilitan desarrollar ingenierías y técnicas y tecnología nacional. Nosotros demostramos que existía la perspectiva de otro país, otro camino que habían elegido los principales países de América Latina. Hoy lo que divide aguas en América Latina es la recuperación de los recursos de la tierra, que son los recursos genuinos que los pueblos tienen para financiar su desarrollo.
Hoy hasta Duhalde, a Reuteman, se les hace la boca con Lula, pero esconden que el suceso de Lula y de Brasil es haber defendido con uñas y dientes su petrolera estatal. Petrobras ha seguido invirtiendo, buscando nuevas fuentes de petróleo. Petrobras es la locomotora de la primera economía de América del sur. ¿Quién le enseñó el camino a Petrobras? ¡YPF! ¿Quién le enseñó el camino a Petróleos de México? ¡YPF! En consecuencia, estos gobiernos disfrazados de progresistas, como el de Cristina y Néstor Kirchner, y las organizaciones que se dicen progresistas y que los apoyan en un gesto de repugnante complicidad con el saqueo de los recursos estratégicos, no invirtieron un peso en la reconstrucción de una petrolera estatal. Tienen 46000 millones de dólares en el Banco Central y son incapaces de tomar mil, dos mil millones y relanzar una petrolera argentina. Son incapaces de invertir en la reconstrucción del servicio ferroviario o en la flota marítima. Por eso les decimos que acá no hay nuevas ni viejas derechas: ¡hay derecha! Y hay sólo proyectos de la derecha económica, unas más demagógicas que las otras, que se llaman Cobos y el conglomerado del radicalismo liberal cobista.
Cobos, el socio de Cristina hasta ayer... ¿cómo hasta ayer? ¡Sigue siendo el vicepresidente de Cristina Fernández de Kirchner!, el que la ayudó a que llegaran al gobierno en el 2007. Este señor Cobos, que acababa de entregar por treinta años más las doce concesiones petroleras de Mendoza. Cobos, la otra variante… O la de los Duhalde, Reutemann, Solá, los distintos disfraces de las mismas causas gerenciadoras del modelo neoliberal de entrega, que jamás abrió el pico por la entrega de nuestros recursos estratégicos. Éstas son las fuerzas del bipartidismo que se prepara para gobernar otra vez.
Y está el kirchnerismo, que no difiere de Macri, ni de Morales o de Cobos, ni de Carrió o de Duhalde, de Solá o de Reuteman. En los asuntos económicos, el gobierno tiene su poder abrochado en sociedad con las corporaciones bancarias, las multinacionales exportadoras de cereal, las corporaciones mineras y las petroleras. Ese es el poder real de la Argentina, esos son los adversarios, esos son los enemigos estratégicos de la liberación del pueblo argentino. Por eso les preocupa que Proyecto Sur haya nacido. Les preocupa que no solamente no fracasó, ni se dividió, sino también que está unido y se proyecta y se prepara para gobernar. Les preocupa nuestro crecimiento. Primero, porque es una fuerza no sectaria. Es una fuerza que se dirige a todos los argentinos de buena voluntad que quieran sumarse a esta patriada. Patriada que tiene cinco grandes causas como propuesta: recuperar los recursos estratégicos, acabar con la desigualdad, con la miseria, con la indigencia; relanzar las industrias básicas públicas, telefonía, ferrocarriles, petróleo, marina mercante, etc.; relanzar la enseñanza y los planes de salud; y, por último, democratizar la democracia.
Pido democratizar la democracia porque mucho hemos aprendido en estos sesenta años desde del 17 de octubre. Lo hemos aprendido con dolor, con mucho dolor. Muchas tragedias va dejando atrás el conflicto de la Patria. Y hemos aprendido que hay que defender tanto el territorio como el espacio de paz y de transformación en democracia que necesitamos para contrarrestar todo tipo de provocaciones que hay y que vendrán, más fuertes, y que querrán impedir el cambio revolucionario en paz y democracia que nosotros proponemos. Democratizar la democracia es llevar hasta las últimas consecuencias la democratización de la justicia y del poder legislativo. Democratizar el sistema político en serio, democratizar el sistema electoral, los sindicatos, los partidos políticos. Democratizar la democracia significa instalar desde la escuela la conciencia patrimonial. Que cada argentino sea consciente de lo que le pertenece, que cada argentino sepa que es un accionista de un consorcio de 40 millones de copropietarios que es el gran consorcio de la Argentina. Que cada argentino comprenda que a este patrimonio millonario nos lo ocultan para que nadie pueda defenderlo, porque nadie puede defender lo que no sabe que le pertenece. Que cada uno comprenda que lo que es de todos lo tenemos que cuidar y defender entre todos, sea el banco de la plaza, el pupitre de la escuela, el vagón del ferrocarril o el edificio del hospital. Que cada uno entienda bien que hacer negocios privados como los hace el matrimonio Kirchner, con bienes que son públicos o aprovechando su posición dominante para duplicar su patrimonio año a año, son delitos infamantes que ningún ciudadano ni ningún trabajador puede aceptar.
Para ir terminando, quiero volver a nuestra victoria del 28 de junio. Demostramos que había un pueblo esperando el cambio. Esos votantes vinieron de todas las culturas políticas. De la izquierda, de los movimientos sociales, de los radicales, del progresismo y de mucho peronismo, y hasta gente que es escéptica y había creído que el joven empresario Macri iba a ser una solución. El 28 de junio empezó a juntarse ese nuevo plasma y viene a demostrar que en casi todas las provincias se da el mismo fenómeno. Yo viajo todas las semanas y acabo de regresar del noroeste, donde ya les anuncio que en La Rioja, en Catamarca, en Tucumán, en Salta y en Jujuy, en las próximas semanas quedará sólidamente constituido Proyecto Sur. No sé cómo puedo transmitirles lo que ocurre en todas las provincias. He estado en Córdoba, en Entre Ríos; he recorrido buena parte de la provincia de Buenos Aires, he estado en Mendoza. En todas las provincias el prestigio de Proyecto Sur está altísimo y las encuestas nacionales, encargadas por el poder. nos ubican entre las tres o cuatro primeras fuerzas para disputar el 2011. No son sólo el proyecto y las ideas. La aceptación de proyecto Sur se da porque hay mujeres, hombres y jóvenes no contaminados. Es decir, que han ganado confianza, credibilidad por la coherencia de sus vidas, por la ética.
Pero compañeros: acá lo que está faltando, nuestra gran limitación -como alguno dijo-, es que falta construir los puentes de comunicación con ese pueblo que nos está esperando. Falta organizarnos porque están dadas las condiciones para pelear y ganarle a los Cobos, los Reuteman, los Duhalde o a los Kirchner… Me lo dice gente de toda condición: modestos, chacareros, campesinos, productores, industriales, profesionales. Estamos convencidos que nadie cree en los Frankestein y en los Dráculas; que muchos miran con alegría la perspectiva de construir una alternativa transformadora, racional, sensata, pero de cambio real protagonizada por honestos que decimos “No somos ni sabios ni tenemos toda la verdad, pero tenemos ética, venimos con coherencia y decimos que solos no podemos transformar la Argentina”. Necesitamos unirnos, dejar las divisiones del pasado. Unirnos para enfrentar primero a los enemigos, a los adversarios que querrán robarnos de nuevo los votos, que querrán dejarnos afuera con la nueva Ley electoral, como dice Mazitelli, y después siendo gobierno nos pondrán el palo en la rueda. Harán todo lo posible para desestabilizarnos. Hago este prólogo para decirles lo importante, como ya lo señaló Mario Mazitelli: queremos el cambio, la enorme y ciclópea tarea de transformar la Argentina y acabar con las plagas como el chagas, el dengue, el analfabetismo, la miseria, la inmundicia que es tener cinco millones de personas viviendo en el barro y en la indigencia.
Esta cruzada depende de que cada uno de ustedes le transmita al vecino, al compañero, al amigo, que hay que ponerse las pilas y convencerse de que tenemos que ser el motor y la custodia permanente de esta transformación. Hay que participar, participar activamente porque si no será patético, nos quedaremos ilusionados con las ganas y sin darnos cuenta de que teníamos que ir a la estación, ocupar el andén y tomar el tren. Nos va a pasar ver que el tren arranca, se va y se fue y, ¡che, pará!, pero se fue, se pasó la coyuntura, apareció otro. Por eso el enemigo grande lo tenemos adentro. ¿Cuál es? No creer. La mayor parte de los compañeros y ciudadanos que encuentro me abraza y me dice: “¡vaya para adelante Pino!” Si me tomo un café y les pregunto: ¿pero che, qué te parece, va bien? Y él me dice: “¿pero vos crees que se puede cambiar esto?” Me preguntan “¿nos dejarán?” ¡Cómo mierda si nos dejarán! ¿A quién le vamos a pedir permiso? ¿A los papás de uniforme que teníamos antes? ¿Al vigilante de la esquina? ¿A estos perejiles que gobiernan y son tan incapaces de que en seis años no construyeron ni un barco? ¿A quién le vamos a pedir permiso?
Por eso, compañeros, los invito a ponerse las pilas, a convencerse de que se puede. Faltan dos años. Es muchísimo y es muy corto. Es muy corto para la enorme tarea de multiplicar esto por diez. Pero ¡atención! Alguno me dijo que es poquísimo el tiempo y que no llegamos. Yo digo que hay que multiplicarse por diez porque las batallas se ganan en el campo de batalla. Podés tener los votos, pero si no controlás las urnas y abrís la urna y la seguís hasta el correo… Si no lo hacés, perdiste la elección. Yo siempre recuerdo a los que me dicen que dos años no es muy poco. El Ejército de los Andes se construyó en la “comarca” de Mendoza, donde no había industria, no había nada. Cuatro mil quinientos hombres recolectaron siete mil animales, fueron a buscar a las montañas minerales, probaron veinte formas fundiéndolos en las fraguas, llegaron a construir sables, fusiles, cañones, pólvora, sin recursos. Alvear había traicionado a San Martín. Sin recursos, sin nada, a partir del propio esfuerzo, el 15 de junio de 1815 San Martín, en cabildo abierto, le dijo a su pueblo “desde mañana ganaremos todos la mitad”. “¡TODOS!”, La otra mitad irá para la construcción del ejército. ¿En cuantos años construyó el ejército? En diecinueve meses, el Ejército de los Andes, en un enero de 1817 salía. Y aquello fue tan glorioso que es un ejemplo del nacimiento de la Industria Nacional. Cuando hay proyecto y hay decisión, y al proyecto y a la decisión se le suma sabiduría popular, sentido común, rigor para trabajar y para que no te explote la pólvora en las manos, cuando todo esto se junta, es imparable.
Compañeros: los invito a desbordar este acto. A construir el mejor formato de acercamiento con los vecinos, con amigos que proponen las “mateadas de Proyecto Sur”. Hay que sentarse a matear con los vecinos, con los compañeros, con los estudiantes, con los amigos, y conversar sobre estos temas.
“Mateadas de Proyecto Sur para ponerse las pilas”. Para arrancar los motores. ¡Para que el triunfo del 28 de junio sea el triunfo del 2011! Viva la Patria!
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Estuvieron presentes, entre otros dirigentes, Luis Brunati, Mario Mazzitelli, Elido Veschi, Marcos Palma, Silvia Baffigi, Adolfo Luna del PSA, Daniel De Santis de Unión del Pueblo y Bruno Martino de la juventud de Proyecto Sur.
A continuación, transcribimos el texto completo del discurso de Pino:
Compañeros y compañeras:
No es casual celebrar el 17 de octubre aquí, en La Plata, cerca de Berisso, de Ensenada, de lo que fue cuna de esa gesta que es, como bien se dijo antes, una página de la historia que trasciende la etiqueta partidaria. Fue la irrupción. La decisión de las masas trabajadoras de cruzar el Riachuelo, de romper las vallas y ocupar la Plaza de Mayo; de colocar “las patas en la fuente” como símbolo mayor. Desde ese momento los trabajadores iban a disputar la Argentina. Aquel año 45, que hace emerger a sus líderes, a Perón y a Evita, era la resultante de un pueblo que venía golpeado. Era la resultante de luchas y resistencias. Era el punto de encuentro de ciudadanos y trabajadores que venían de otras militancias y de otras tradiciones políticas y culturales. No existía el peronismo.
En aquella jornada histórica muchos venían de la Unión Cívica Radical contra la traición alvearista. Eran los que desertaban de otras causas políticas, incluso los que venían del campo y habían estado acompañando a sus patronales, que les sacaban las libretas para votar. El 17 de octubre es también el punto de encuentro de una nueva identidad política que comienza a dar nacimiento a ese dirigente, esa pareja extraordinaria que va a debutar en la Argentina con tres medidas que, vistas a la distancia y sesenta años después, parecen impensables: la nacionalización del Banco Central, la nacionalización de los depósitos bancarios, y la nacionalización del Comercio Exterior.
Yo quiero dedicarle estas palabras a los muchos trabajadores que hay aquí, y en especial a lo mejor que tenemos, que son los jóvenes. A esta juventud que junto con los jubilados fueron las víctimas de los experimentos económicos de los años 90. A esta juventud a la que el país le debe una reparación histórica para que vuelva a insertarse en la capacitación y en el trabajo. A ellos me estoy dirigiendo, porque estamos trayendo un recuerdo de aquella historia. No se puede construir, ni reconstruir la Argentina, si no tenemos presente todo lo que tenemos detrás. Una historia que no comienza el 17 de octubre: es consecuencia de 150 años y hoy de 200 años de decisión por vencer, de decisión por realizar una identidad naciente que es la identidad argentina.
A lo largo de estos 200 años, muchachos, el conflicto siempre se dio entre los que decían que no nos podíamos independizar ni desarrollarnos sin la ayuda del capital o la técnica extranjera; del otro lado estaban los que fueron tildados de locos, de utópicos, de románticos. Los que decían que para ser libres teníamos que apoyarnos en nuestras propias fuerzas y administrar con sabiduría los recursos que tenemos.
Fíjense que los tres momentos más importantes de industrialización de la Argentina se dieron sin apoyo del crédito externo. Ahí está Irigoyen, creando YPF. Ahí está Perón, que en dos años de gobierno había nacionalizado los servicios públicos, hacía volar el primer avión a reacción del hemisferio sur y construía la séptima flota mercante del mundo. Los ferrocarriles alcanzarían 52000 kilómetros. Digo estas cosas y vuelvo a que no es casual que festejemos el 17 de octubre aquí en La Plata, como lo decía Elido Veschi. Acá es el punto de encuentro de los gremios del riel, de los gremios navales, de los gremios de los hidrocarburos, junto con una de las materias grises más importantes del país, esta extraordinaria Universidad de La Plata, que vio nacer la escuela físico-matemática argentina. A todos ellos, de los miles de técnicos, a los miles de anónimos trabajadores, de profesores, de maestros que pusieron lo mejor de cada uno, cuidando sus obras, sus piezas, sus máquinas, sus investigaciones como si fueran creaciones artísticas…
A todos ellos les debemos la Argentina, a todos ellos les debemos una respuesta porque lo que ha fracasado no es la causa independentista, la causa de la Justicia Social, la causa de la Soberanía Popular, que ya está presente en la epopeya naciente de la patria, las invasiones inglesas, o en la gesta de la independencia. Aquello no ha fracasado. Son las banderas estratégicas de la Argentina las que han sufrido derrotas, pero todavía están altas. Están altas para que las enarbolemos definitivamente y podamos convencer a la mayoría de los argentinos en este momento de vaciamiento político, en este momento de descreimiento, de escepticismo… Porque hoy, muchachos, porque hoy, chicas, hoy más que nunca es posible encender los motores internos de cada uno para llevar nuestras banderas al triunfo.
El mayor veneno que nos han inculcado es el virus neoliberal. Fue el decirnos que no se podía, que el cambio no era posible. Toda nuestra energía y nuestra inteligencia deben colocarse hoy y demostrar, como lo estamos haciendo, que el cambio es posible y Argentina puede transformar este lamentable Estado que tiene a un tercio de la población en la pobreza. Que tiene el 55% de sus trabajadores en negro, para que me escuche algún alma kirchnerista que puede haber por ahí. Esta gente disfrazada de peronista debe cargar con el bochorno de tener a más de la mitad de los trabajadores en negro. Deberían avergonzarse estos nuevos “travestis”, como tantos otros que ya hemos tenido infiltrados en el Movimiento Nacional.
Hoy estamos convocando a una nueva patriada. Convocamos para el triunfo. El mayor enemigo que tenemos es que todavía no creemos que el triunfo está cerquita, muchísimo más cerca de lo que creemos. Todavía nos pesa el “no se puede”. Es como si viéramos que el tren entra en la estación y no nos diéramos cuenta de que está ahí para que lo tomemos nosotros… A ese tren que pone en marcha nuestra historia. No nos damos cuenta de que tenemos que ponernos de pie y empezar a correr para subirnos al tren porque se nos va, compañeros. Vivimos un momento único de la historia de las últimas décadas, aquí y en todo el continente. Los que ya tenemos algunos años nunca vimos un momento tan excepcional en América latina como éste. Es este el momento de subirse al tren.
En la Ciudad de Buenos Aires las operatorias mediáticas y de inteligencia del Gobierno y del poder nos ningunearon durante todo el verano. ¡Ni las gacetillas nos publicaban! ¿Qué fue lo que pasó? ¿Fue un milagro? No, compañeros. Lo que pasó es que una parte importante del pueblo argentino y de la Ciudad de Buenos Aires estaba acampada a la vera del camino, esperando que viniera el tren o la propuesta, y había estado votando opciones una peor que la otra, ¡entre Frankestein y Drácula!, o la deserción del voto en blanco. Todavía hay un 30% que no vota. ¿Que pasó en la Ciudad de Buenos Aires, que estaba perdida? Los analistas decían que se había girado a la derecha y que eso era incurable. Lo que pasó fue que ese pueblo aparentemente dormido, o que antes votó el mal menor, se encontró con una propuesta que explicaba qué diablos nos había pasado. Que explicaba el robo. Que explicaba las enormes posibilidades de un cambio rápido que tiene la Argentina si cambiamos de política. Notros explicamos y colocamos por primera vez en la agenda política temas que no se trataban.
Fuimos la única fuerza que dijo que si recuperamos el petróleo y el gas para la Nación vamos a tener una renta monumental que supera los 20000 millones de dólares, con lo cual se puede acabar con la indigencia y la pobreza en el corto plazo, con lo que se pueden reconstruir el sistema ferroviario, la flota mercante, la petrolera nacional, la aeronáutica, las industrias básicas que generan cientos de fábricas subsidiarias que posibilitan desarrollar ingenierías y técnicas y tecnología nacional. Nosotros demostramos que existía la perspectiva de otro país, otro camino que habían elegido los principales países de América Latina. Hoy lo que divide aguas en América Latina es la recuperación de los recursos de la tierra, que son los recursos genuinos que los pueblos tienen para financiar su desarrollo.
Hoy hasta Duhalde, a Reuteman, se les hace la boca con Lula, pero esconden que el suceso de Lula y de Brasil es haber defendido con uñas y dientes su petrolera estatal. Petrobras ha seguido invirtiendo, buscando nuevas fuentes de petróleo. Petrobras es la locomotora de la primera economía de América del sur. ¿Quién le enseñó el camino a Petrobras? ¡YPF! ¿Quién le enseñó el camino a Petróleos de México? ¡YPF! En consecuencia, estos gobiernos disfrazados de progresistas, como el de Cristina y Néstor Kirchner, y las organizaciones que se dicen progresistas y que los apoyan en un gesto de repugnante complicidad con el saqueo de los recursos estratégicos, no invirtieron un peso en la reconstrucción de una petrolera estatal. Tienen 46000 millones de dólares en el Banco Central y son incapaces de tomar mil, dos mil millones y relanzar una petrolera argentina. Son incapaces de invertir en la reconstrucción del servicio ferroviario o en la flota marítima. Por eso les decimos que acá no hay nuevas ni viejas derechas: ¡hay derecha! Y hay sólo proyectos de la derecha económica, unas más demagógicas que las otras, que se llaman Cobos y el conglomerado del radicalismo liberal cobista.
Cobos, el socio de Cristina hasta ayer... ¿cómo hasta ayer? ¡Sigue siendo el vicepresidente de Cristina Fernández de Kirchner!, el que la ayudó a que llegaran al gobierno en el 2007. Este señor Cobos, que acababa de entregar por treinta años más las doce concesiones petroleras de Mendoza. Cobos, la otra variante… O la de los Duhalde, Reutemann, Solá, los distintos disfraces de las mismas causas gerenciadoras del modelo neoliberal de entrega, que jamás abrió el pico por la entrega de nuestros recursos estratégicos. Éstas son las fuerzas del bipartidismo que se prepara para gobernar otra vez.
Y está el kirchnerismo, que no difiere de Macri, ni de Morales o de Cobos, ni de Carrió o de Duhalde, de Solá o de Reuteman. En los asuntos económicos, el gobierno tiene su poder abrochado en sociedad con las corporaciones bancarias, las multinacionales exportadoras de cereal, las corporaciones mineras y las petroleras. Ese es el poder real de la Argentina, esos son los adversarios, esos son los enemigos estratégicos de la liberación del pueblo argentino. Por eso les preocupa que Proyecto Sur haya nacido. Les preocupa que no solamente no fracasó, ni se dividió, sino también que está unido y se proyecta y se prepara para gobernar. Les preocupa nuestro crecimiento. Primero, porque es una fuerza no sectaria. Es una fuerza que se dirige a todos los argentinos de buena voluntad que quieran sumarse a esta patriada. Patriada que tiene cinco grandes causas como propuesta: recuperar los recursos estratégicos, acabar con la desigualdad, con la miseria, con la indigencia; relanzar las industrias básicas públicas, telefonía, ferrocarriles, petróleo, marina mercante, etc.; relanzar la enseñanza y los planes de salud; y, por último, democratizar la democracia.
Pido democratizar la democracia porque mucho hemos aprendido en estos sesenta años desde del 17 de octubre. Lo hemos aprendido con dolor, con mucho dolor. Muchas tragedias va dejando atrás el conflicto de la Patria. Y hemos aprendido que hay que defender tanto el territorio como el espacio de paz y de transformación en democracia que necesitamos para contrarrestar todo tipo de provocaciones que hay y que vendrán, más fuertes, y que querrán impedir el cambio revolucionario en paz y democracia que nosotros proponemos. Democratizar la democracia es llevar hasta las últimas consecuencias la democratización de la justicia y del poder legislativo. Democratizar el sistema político en serio, democratizar el sistema electoral, los sindicatos, los partidos políticos. Democratizar la democracia significa instalar desde la escuela la conciencia patrimonial. Que cada argentino sea consciente de lo que le pertenece, que cada argentino sepa que es un accionista de un consorcio de 40 millones de copropietarios que es el gran consorcio de la Argentina. Que cada argentino comprenda que a este patrimonio millonario nos lo ocultan para que nadie pueda defenderlo, porque nadie puede defender lo que no sabe que le pertenece. Que cada uno comprenda que lo que es de todos lo tenemos que cuidar y defender entre todos, sea el banco de la plaza, el pupitre de la escuela, el vagón del ferrocarril o el edificio del hospital. Que cada uno entienda bien que hacer negocios privados como los hace el matrimonio Kirchner, con bienes que son públicos o aprovechando su posición dominante para duplicar su patrimonio año a año, son delitos infamantes que ningún ciudadano ni ningún trabajador puede aceptar.
Para ir terminando, quiero volver a nuestra victoria del 28 de junio. Demostramos que había un pueblo esperando el cambio. Esos votantes vinieron de todas las culturas políticas. De la izquierda, de los movimientos sociales, de los radicales, del progresismo y de mucho peronismo, y hasta gente que es escéptica y había creído que el joven empresario Macri iba a ser una solución. El 28 de junio empezó a juntarse ese nuevo plasma y viene a demostrar que en casi todas las provincias se da el mismo fenómeno. Yo viajo todas las semanas y acabo de regresar del noroeste, donde ya les anuncio que en La Rioja, en Catamarca, en Tucumán, en Salta y en Jujuy, en las próximas semanas quedará sólidamente constituido Proyecto Sur. No sé cómo puedo transmitirles lo que ocurre en todas las provincias. He estado en Córdoba, en Entre Ríos; he recorrido buena parte de la provincia de Buenos Aires, he estado en Mendoza. En todas las provincias el prestigio de Proyecto Sur está altísimo y las encuestas nacionales, encargadas por el poder. nos ubican entre las tres o cuatro primeras fuerzas para disputar el 2011. No son sólo el proyecto y las ideas. La aceptación de proyecto Sur se da porque hay mujeres, hombres y jóvenes no contaminados. Es decir, que han ganado confianza, credibilidad por la coherencia de sus vidas, por la ética.
Pero compañeros: acá lo que está faltando, nuestra gran limitación -como alguno dijo-, es que falta construir los puentes de comunicación con ese pueblo que nos está esperando. Falta organizarnos porque están dadas las condiciones para pelear y ganarle a los Cobos, los Reuteman, los Duhalde o a los Kirchner… Me lo dice gente de toda condición: modestos, chacareros, campesinos, productores, industriales, profesionales. Estamos convencidos que nadie cree en los Frankestein y en los Dráculas; que muchos miran con alegría la perspectiva de construir una alternativa transformadora, racional, sensata, pero de cambio real protagonizada por honestos que decimos “No somos ni sabios ni tenemos toda la verdad, pero tenemos ética, venimos con coherencia y decimos que solos no podemos transformar la Argentina”. Necesitamos unirnos, dejar las divisiones del pasado. Unirnos para enfrentar primero a los enemigos, a los adversarios que querrán robarnos de nuevo los votos, que querrán dejarnos afuera con la nueva Ley electoral, como dice Mazitelli, y después siendo gobierno nos pondrán el palo en la rueda. Harán todo lo posible para desestabilizarnos. Hago este prólogo para decirles lo importante, como ya lo señaló Mario Mazitelli: queremos el cambio, la enorme y ciclópea tarea de transformar la Argentina y acabar con las plagas como el chagas, el dengue, el analfabetismo, la miseria, la inmundicia que es tener cinco millones de personas viviendo en el barro y en la indigencia.
Esta cruzada depende de que cada uno de ustedes le transmita al vecino, al compañero, al amigo, que hay que ponerse las pilas y convencerse de que tenemos que ser el motor y la custodia permanente de esta transformación. Hay que participar, participar activamente porque si no será patético, nos quedaremos ilusionados con las ganas y sin darnos cuenta de que teníamos que ir a la estación, ocupar el andén y tomar el tren. Nos va a pasar ver que el tren arranca, se va y se fue y, ¡che, pará!, pero se fue, se pasó la coyuntura, apareció otro. Por eso el enemigo grande lo tenemos adentro. ¿Cuál es? No creer. La mayor parte de los compañeros y ciudadanos que encuentro me abraza y me dice: “¡vaya para adelante Pino!” Si me tomo un café y les pregunto: ¿pero che, qué te parece, va bien? Y él me dice: “¿pero vos crees que se puede cambiar esto?” Me preguntan “¿nos dejarán?” ¡Cómo mierda si nos dejarán! ¿A quién le vamos a pedir permiso? ¿A los papás de uniforme que teníamos antes? ¿Al vigilante de la esquina? ¿A estos perejiles que gobiernan y son tan incapaces de que en seis años no construyeron ni un barco? ¿A quién le vamos a pedir permiso?
Por eso, compañeros, los invito a ponerse las pilas, a convencerse de que se puede. Faltan dos años. Es muchísimo y es muy corto. Es muy corto para la enorme tarea de multiplicar esto por diez. Pero ¡atención! Alguno me dijo que es poquísimo el tiempo y que no llegamos. Yo digo que hay que multiplicarse por diez porque las batallas se ganan en el campo de batalla. Podés tener los votos, pero si no controlás las urnas y abrís la urna y la seguís hasta el correo… Si no lo hacés, perdiste la elección. Yo siempre recuerdo a los que me dicen que dos años no es muy poco. El Ejército de los Andes se construyó en la “comarca” de Mendoza, donde no había industria, no había nada. Cuatro mil quinientos hombres recolectaron siete mil animales, fueron a buscar a las montañas minerales, probaron veinte formas fundiéndolos en las fraguas, llegaron a construir sables, fusiles, cañones, pólvora, sin recursos. Alvear había traicionado a San Martín. Sin recursos, sin nada, a partir del propio esfuerzo, el 15 de junio de 1815 San Martín, en cabildo abierto, le dijo a su pueblo “desde mañana ganaremos todos la mitad”. “¡TODOS!”, La otra mitad irá para la construcción del ejército. ¿En cuantos años construyó el ejército? En diecinueve meses, el Ejército de los Andes, en un enero de 1817 salía. Y aquello fue tan glorioso que es un ejemplo del nacimiento de la Industria Nacional. Cuando hay proyecto y hay decisión, y al proyecto y a la decisión se le suma sabiduría popular, sentido común, rigor para trabajar y para que no te explote la pólvora en las manos, cuando todo esto se junta, es imparable.
Compañeros: los invito a desbordar este acto. A construir el mejor formato de acercamiento con los vecinos, con amigos que proponen las “mateadas de Proyecto Sur”. Hay que sentarse a matear con los vecinos, con los compañeros, con los estudiantes, con los amigos, y conversar sobre estos temas.
“Mateadas de Proyecto Sur para ponerse las pilas”. Para arrancar los motores. ¡Para que el triunfo del 28 de junio sea el triunfo del 2011! Viva la Patria!
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