sábado, 26 de diciembre de 2009

'Pino' Solanas en Haedo, 13 - XI - 2009

Compañeras, compañeros, vecinos, amigos y la gran muchachada de Proyecto Sur:

Voy a continuar con lo que venían diciendo Luis Brunati y Mario Mazzitelli. Vivimos épocas de excepción, épocas extraordinarias. A veces no tenemos esa percepción en el lío de todos los días. Se nos escapa este tiempo histórico como el agua entre las manos. Se nos escapa y no nos damos cuenta. Tantas derrotas y tantos sacrificios nos han venido dejando el conocimiento de que “el que se quema con leche ve una vaca y llora”, o corre. Se ha venido produciendo una suerte de hartazgo. No se puede comprender que el gobierno de la Presidenta, que se inició con más de la mitad de votos de imagen positiva y tantas cosas más, seis meses después había perdido la mitad de aceptación pública. Pero vivimos tiempos excepcionales. Porque América Latina nunca ha vivido un marco de unidad y de vocación de independencia como el presente, un marco para construir esa patria inacabada que arrastramos desde hace doscientos años. Es un tiempo único. Es un tiempo que posibilita ir hacia adelante. Es un tiempo que nos invita a romper de una vez por todas con las cadenas que nos someten. Con las cadenas de este viejo colonialismo que hoy con nuevas formas, más hipócritas o a veces silenciosas, se sigue llevando nuestros recursos naturales. Nos siguen atando al pago de esa deuda de la que hablaba Mario. Pero igualmente es un tiempo histórico extraordinario.

En lo interno, y esto es lo más importante, lo central es que a veces no comprendemos lo que se va a producir y se está produciendo, la ebullición que va a derramarse como una espuma. Hasta nosotros mismos nos sorprendió lo que pasó en la Ciudad de Buenos Aires el 28 de junio. Les confieso que los más optimistas creíamos que íbamos a sacar un 15 o un 16 por ciento, que íbamos a duplicar o a duplicar por un poquito más lo que habíamos hecho en la elección de 2007. Porque es muy difícil darse cuenta de qué es lo que está sintiendo la gente. Es verdadera la confianza que despiertan compañeras y compañeros que han dedicado toda su vida a servir a la gente. Son compañeras y compañeros que se han dedicado con mucha generosidad y solidaridad a dar sus conocimientos, sea atendiendo en el hospital o enseñando, como decía Luis. Son referentes sociales que dedicaron su vida a hacerse cargo de los problemas de sus vecinos o de sus compañeros de trabajo.

Todos los compañeros que integramos Proyecto Sur venimos de distintas experiencias y corrientes políticas. Porque Proyecto Sur es una fuerza abierta, amplia. Es un poco barajar y dar de nuevo. Cuando vemos la historia en el pasado observamos que en el año 45, el 17 de octubre, se construyó con un pueblo que venía de distintas experiencias políticas, o que las había votado antes, porque no existía el peronismo. Yo creo que después de estos casi sesenta años de tanta traición y fracaso estamos llegando a un momento de barajar y dar de nuevo. Estamos llegando a un momento donde decimos ¡basta de dividirnos por las cosas del pasado! Estamos en un momento en el que cada uno descubre que el compañero que está al lado, sea radical, de izquierda, peronista o lo que sea, está sintiendo y pensando lo mismo. Nos habían dividido y desanimado mucho. Y ahora estamos cansados y descubrimos que entre nosotros podemos construir un instrumento, un nuevo movimiento, generoso, amplio, solidario, que ponga toda la energía en buscar las soluciones concretas para enfrentar cada uno de los problemas que tenemos en el barrio, en la ciudad, en la provincia, en el país.

El momento es éste. Lo explica el gran triunfo que obtuvimos en la elección de junio. Hay una parte importantísima del pueblo que antes había votado otras cosas, pero que cambió al oír una explicación clara y coherente de qué es lo que nos está pasando. La gente oyó que se puede transformar la Argentina, y rápido, si cambiamos de política. Se oyó la explicación y los temas que nos habían censurado porque no querían ni que nos enteráramos de las enormes riquezas del petróleo, del gas, de la minería, de la pesca, del campo. Son riquezas que si la Argentina las recupera, porque hoy en día se van afuera, en breve tiempo se acaba con la indigencia y con los flagelos del mal de Chagas y todas las pestes y con tener cinco millones de indigentes y desnutridos. Los hospitales dan turno para cuatro, cinco o seis meses; las escuelas no aceptan más chicos porque están colmadas. Hay familias viviendo hacinadas y sufrimos la vergüenza de que casi el 60 % de los trabajadores no tiene seguridad social, está en negro. ¡Cómo serán de hipócritas los que nos gobiernan que se ponen la camiseta de peronistas y tienen al 60% de los trabajadores en negro!

Entonces, compañeros, hay un pueblo que está esperando y comprende la propuesta, la entiende. La elección que hicimos, la hicimos hablando y a pata, sin recursos. La hicimos explicando lo que nadie había explicado. Esa masa de ciudadanos que nos apoyó de una u otra manera está presente en todas las provincias argentinas. Eso es lo extraordinario que demuestra la elección de junio. En todas las provincias argentinas hay una enorme masa de ciudadanos que ni va a votar. Sesenta por ciento de abstención en Santiago del Estero; cincuenta y tres por ciento en Catamarca, y podría seguir contando. Eso responde al hartazgo frente al bipartidismo, frente a los responsables del fracaso de la Argentina. Porque alguno es responsable de lo que nos pasó. Mientras Chile o Brasil pegaban un salto hacia delante acá íbamos para atrás. Nos gobernaron los que usurparon las grandes causas populares que hicieron progresar a la Argentina durante el siglo XX. Me refiero a las causas del radicalismo de Alem e Irigoyen, me refiero al peronismo de Perón y Evita. Los que se quedaron con los aparatos partidarios vaciaron de contenido esas causas para llegar a ejercer las políticas de los enemigos de Alem, de Irigoyen, de Perón y de Evita. Vaciaron las causas de sus contenidos, las traicionaron. Se quedaron con los aparatos partidarios, que fueron alimentados y servidos por los intereses de las corporaciones y de las multinacionales. Esa dirigencia les sirvió fielmente. Hace diez días se pusieron en descubierto. En el Congreso, las cuatro caras del modelo de saqueo y de corrupción votaron juntos. Son cuatro fuerzas. Son las cuatro caras del mismo bipartidismo: los kirchneristas, los radicales, su variante de la Coalición Cívica y la otra variante semialiada de la derecha liberal del PJ (entre el PJ y no se sabe qué), que es el PRO, los macristas.

Estos cuatro votaron rapidito volver a pagar la deuda externa, votaron volver al Fondo Monetario. Acordaron pagar seguramente 15 mil millones de dólares, que son casi sesenta mil millones de pesos. Piensen ustedes que esto pasa en una Argentina que tiene cinco millones de indigentes y millones de argentinos que viven con planes trabajar y salen a cortar rutas porque nadie los escucha. Los cuatro partidos priorizaron pagarle a los bancos, porque no se trata de los bonistas. Los bonistas, hace cuatro o cinco años, cuando quedaron fuera del canje de deuda pensando que no cobrarían nunca, le vendieron los bonos por el diez por ciento de su valor a los bancos ¡Y hoy los bancos se hacen pagar a valor pleno esos bonos! Diré algo para que ustedes tengan idea de lo que representa ese pago de quince mil millones de dólares. Con sólo cinco mil millones de dólares podríamos construir una petrolera estatal, y sería una petrolera que entraría a buscar petróleo en el mar y en el continente. Con mil millones de dólares se construyen cuarenta barcos graneleros de treinta mil toneladas en los astilleros argentinos. Con cuatro mil millones de dólares se reconstruyen todos los ferrocarriles, los trenes interurbanos que iban a las cinco regiones del país: noroeste, noreste, Patagonia, oeste, centro. Otros cinco mil millones de dólares, que son veinte mil millones de pesos, representan cuatro veces lo que van a gastar por la asignación por hijo. ¡Con eso se le da una paliza a la indigencia! Todo esto generaría decena de miles de puestos de trabajo estables.

Comprendámoslo muy bien: hay un gobierno demagogo, bien conservador, bien hipócrita, bien traidor a la Patria que es el de Cristina y Néstor Kirchner, que prioriza pagar deuda externa a los mismos bancos que el año pasado tuvieron un cincuenta y dos por ciento de tasa de ganancia. El gobierno prioriza pagar a esos bancos en lugar de generar doscientos o trescientos mil puestos de trabajo estables. Nosotros, desde Proyecto Sur, decimos que toda la Argentina debe repudiar de pie el gesto traidor de este gobierno. ¡Espero que lo haga Martín Sabbatella, aquí en Morón! Dije repudiar, dije rechazar. Entonces, compañeros, voy a enumerar a manera de síntesis y de final cómo puede darse vuelta este país como una taba en poco tiempo.

Lo que decimos se resume en cinco grupos de ideas o cinco causas. Nosotros decimos que este maravilloso y riquísimo país contiene la sexta reserva de metales del planeta, que este país tiene seis millones de kilómetros cuadrados mar y plataforma continental. Tenemos seis millones de kilómetros de esa gran pampa sumergida que es el Atlántico Sur, con una reserva pesquera y de petróleo monumentales. Tenemos millones de hectáreas fiscales. Nosotros decimos que debemos recuperar las rentas excepcionales de toda esa riqueza, como lo han hecho todos los grandes países de la Tierra, que recuperaron lo que tienen en casa y lo administraron con un poco de sabiduría. No se necesitan luces especiales. Cada familia se sabe administrar, sabe estirar lo poco que tiene para poder educar a sus hijos y llegar a fin de mes. ¡Cómo no lo va a poder hacer el país entero! Debemos recuperar esas rentas excepcionales y empezar con un cambio de modelo impositivo para gravar las grandes rentas y ganancias. Doy la información de que en este año 2009 se perdonaron cuarenta y un mil millones de pesos de impuestos a las grandes corporaciones. ¡Cuatro veces lo que va a costar la asignación por hijo! Perdonaron graciosamente a las corporaciones. Por eso digo que Argentina tiene mucho dinero. Por eso es inadmisible que la Presidenta de la Nación siga mintiendo descaradamente al decir que no hay recursos. La renta del petróleo, en 2008, y del gas, fue de más de cien mil millones de pesos, cinco veces y medio el presupuesto de educación y de salud de toda la Nación.

Proyecto Sur dice que hay que recuperar las rentas excepcionales, crear la petrolera estatal y acabar con nuestros flagelos haciendo una gran reparación, una gratificación especial a las víctimas de tantos experimentos económicos y a los jóvenes, a los que fueron la clase pasiva desde el noventa hasta hoy. A los jóvenes, que desde los años noventa vienen sintiendo el ajuste de la educación, la pérdida de trabajo de sus padres, que no pudieron emplearse tampoco ellos y a los que terminaron vendiéndole droga en la esquina con la complicidad de las policías, los caudillos políticos territoriales, los jueces y los fiscales. A nosotros nos preocupa la seguridad. ¡Cómo no nos va a preocupar si las víctimas son nuestros hijos! Pero la seguridad tiene nombre y apellido. Mejor dicho, el delito tiene causas. El Estado, los caudillos políticos, la dirigencia política y las fuerzas de seguridad saben muy bien dónde están las mil pistas de aterrizaje de la droga que aterriza en sus propios campos. Las policías provinciales, como la federal y también la gendarmería, saben muy bien dónde están los desarmaderos de coches, compañeros. Los desarmaderos no se pueden esconder en el sótano de una casa. Todos saben dónde se venden los repuestos de esos coches que nos roban. Todos saben que con trescientos o cuatrocientos pesos agarran a estos pibes y los lanzan a robar coches o casas. O los sacan de la prisión y cuando los pibes se resisten aparecen con una bala en la cabeza. El crimen organizado es el gran flagelo de la Argentina. ¿Cuándo empezó el narcotráfico en la Argentina? ¡Eduardo Duhalde, eras el delegado de la DEA en aquellos tiempos!

Nosotros decimos que el problema de la Argentina se resuelve relanzando productivamente el país. La punta de lanza deben ser la reconstrucción de las grandes empresas públicas, las fábricas de fábricas que son los astilleros, los ferrocarriles, la siderurgia, los hidrocarburos, la aeronáutica. No sólo vamos a generar cientos de miles de empleos estables, sino que en esos complejos se va a multiplicar la demanda de las ingenierías y capacidades técnicas para generar tecnología nacional. Queremos que nuestros chicos puedan especializarse en las carreras de punta de nuestras universidades.

La cuarta causa grande de Proyecto Sur es promover una gran revolución en la seguridad social, en la educación y en la salud. Queremos volver a la doble escolaridad, y que nuestros muchachos y chicas pasen el día en la escuela para aprender todas las capacidades que hoy exige la revolución científica, la técnica, el mercado, lo que quieran. Para eso hay que invertir mucho en la estructura educacional, para tener los establecimientos que puedan dar lugar a este cambio en la enseñanza. Dignificar a los profesores y maestros para que puedan vivir del empleo único de la enseñanza y puedan seguir capacitándose. En tiempos de crisis moral, de degradación, de pérdida de solidaridad, las escuelas y las universidades no sólo deben ser fábricas de técnicos. Deben ser espacios donde nuestros hijos se formen como ciudadanos para la democracia, donde accedan a una mirada crítica y transformadora del mundo, donde puedan formarse en el humanismo y en la ética pública.

Debemos volver a las ideas de Ramón Carrillo y hacer una fuerte inversión en la estructura hospitalaria. Reparar a la clase pasiva es hacer efectivo el 82% móvil, y que el ANSES, como el INDEC, sean organismos absolutamente autónomos en los que nadie pueda meter la mano para adulterar las cifras o para usar el dinero con otros fines.

Reparar a la juventud significa realizar un sistema de becas para que aquellos que no pudieron estudiar vuelvan a capacitarse. Sistemas de becas de reinserción en la capacitación. Esto significa también la reparación histórica de los Pueblos Originarios que todavía están esperando que se cumpla el artículo de la Constitución que les otorga el legítimo derecho de ser titulares de las tierras que secularmente les ocuparon. La reparación histórica significa dignidad, trabajo y compensación para nuestros héroes de Malvinas.

La quinta causa tiene que ver con la democratización de la democracia. No podremos “desratizar” esta sociedad mafiosa sin una batalla cultural activa que desarrolle una gran energía y un gran debate cultural y políticas activas; no sólo para combatir el delito, sino para articular una reforma de la Justicia que multiplique los juzgados, los jueces y los fiscales. Ningún juez puede leer o estudiar dos mil o tres mil causas por año. Democratizar la democracia significa democratizar el parlamento para que sea de puertas abiertas, para que haya un canal de televisión que registre todos los debates de comisiones o del plenario, como sucede en Brasil. Significa democratizar el sistema electoral, los partidos políticos, los sindicatos. Pero significa también, compañeros, defender el derecho a la libre elección. La libertad sindical, compañeros.

Pero democratizar la democracia, como todas las otras grandes causas, no es tarea de dos, tres, ni cuatro años. Tengamos conciencia. Reconstruir treinta o cuarenta mil kilómetros de vías no se hace en tres o cuatro años. Construir treinta o cuarenta barcos tampoco. Son políticas estratégicas que deben ser tomadas por las manos de un fuerte movimiento que las defienda. Porque nos va a llevar varios años ponerlas en práctica y defenderlas con movilizaciones en la calle con la organización de los trabajadores, de los vecinos y de los movimientos sociales, compañeros.

Transformar la Argentina significa empezar a transformarnos cada uno de nosotros. Sí, venimos pegoteados por la tela de araña del “sálvese quien pueda”, del tomar ventaja. Debemos defendernos frente a la incerteza, frente al desamparo. Entonces, compañeros, hay que empezar a hacer militancia activa en cada uno de nosotros. Esto significa empezar a fundar una nueva ética, compañeros. Proyecto Sur se plantea levantar la bandera de la Ética Pública. La Ética Pública quiere decir que lo que es de todos, que ha costado muchos sacrificios a nuestros viejos y abuelos, lo debemos cuidar y defender entre todos. Que tocar lo que es de todos, y hacer negocios privados con lo que es de todos y público es un delito infamante, una gran traición a la Patria. Ética significa también desarrollar la conciencia en nuestra muchachada y en todos nosotros, la conciencia del patrimonio que nos pertenece por ser argentinos. Cada uno de los cuarenta millones de habitantes es un copropietario de este gran consorcio de cuarenta millones de accionistas que es el país. Cada uno es copropietario de los millones de hectáreas fiscales, de la plataforma continental, del subsuelo, de los cientos de edificios, hospitales, escuelas, puertos, aeropuertos. Esta conciencia es importante tenerla porque nadie puede defender lo que no sabe que le pertenece y mucho menos cuando desconoce el valor de lo que le pertenece, el valor monumental de los minerales que se llevan, de la pesca que se llevan.

Compañeros: termino retomando lo que dije al comienzo. El tiempo histórico está corriendo y el reloj está yendo al triple de velocidad que antes. Los tiempos históricos se aceleran como cuando se calienta el agua y finalmente rebasa. Nos quedan dos años. El pueblo, en todo el país, está esperando el cambio, lo pide. Está esperando que surja una fuerza con hombres y mujeres que le merezcan confianza, que los conozcan porque los vieron luchar en el barrio, en la fábrica, en la escuela, en el hospital. Lo que nos falta, compañeros, es organizarnos. Lo que nos falta es cambiar el dial, cambiar el canal que tenemos dentro, corrernos del canal del “no se puede” y pasarnos al canal de empezar a convencernos que podemos ganar en 2011. Pero muchachos, atención. Se puede ganar a condición de varias cosas. A condición de organizarnos para garantizar la seguridad de la batalla central que es la batalla del comicio. Debemos asegurar que no nos roben los votos o las urnas. Se puede ganar a condición de que construyamos varias personerías políticas, varias personerías electorales para enfrentar cualquiera de las trampas que nos quieren hacer con la reforma electoral. Quiero decir que las condiciones para ganar están, pero también que el triunfo no viene a la puerta de casa. Hay que salir, comenzar a atravesar la noche para construir ese triunfo, compañeros. Construir ese triunfo es construir la personería electoral en todos los distritos. Construir ese triunfo es preparar un ejército de fiscales, es pintar en todos los lugares que se pueda. Pintar y decir que ahí está Proyecto Sur, porque se puede transformar la Argentina.

| Preparar el triunfo, compañeros, es prepararse para gobernar. No basta con cantar, ni con ganar ni con festejar la victoria. Para derrotar al bipartidismo debemos preparar desde ahora el poder que lo va a reemplazar el día después de la victoria. Eso significa que desde ahora los compañeros y los militantes y todas las buenas voluntades y los vecinos y los compañeros, profesionales y técnicos que tienen ideas, comiencen a aportarlas porque hay que empezar a preparar las respuestas y las soluciones que vamos a dar a cada problema concreto de cada ciudad, de cada pueblo, de cada provincia y del país. Hagamos el esfuerzo de cambiar el dial de la tele interna para empezar a ver el largo, trabajoso y paciente camino que es desde ahora empezar a preparar la victoria. Con proyectos, con una gran masa de militantes, amigos y simpatizantes capaces de garantizar el comicio y de preparar las soluciones, de pensar y repensar el territorio, de repensar el distrito. Debemos proponer soluciones; las buenas solo serán aquellas que sean las menos costosas para nuestro pueblo, las más humanas, las más sensatas.

Queridos compañeros, estoy convencido de que tenemos todo. Falta vencer al enemigo interno que tenemos, a ese enemigo de la derrota, ese que está deprimido y resignado y dice: “sí, qué buenas palabras estas de Pino, pero ¿vos crees que podremos? ¿Vos crees que nos dejarán?” ¡Basta muchachos! ¡A tirarlo por la ventana al enemigo interno porque la Patria espera, compañeros!

¡Viva la Patria!